Recetas de postres

Rosquillas de nata y anís

Rosquillas de nata y anís
Receta de rosquillas de nata y anís

Las rosquillas de nata y anís son uno de esos dulces tradicionales fáciles de preparar que nos conquistan al primer mordisco. Este tipo de rosquillas acompañan desayunos y meriendas de excepción, un café o una sobremesa nos llevará a disfrutar de cada una de ellas. La base de estas rosquillas es un toque de nata que ayudará a crear un sabor suave y delicado, ese punto esponjoso que hará de este postre un acierto. Por su parte, el sabor del anís es un clásico de la repostería casera que se utilizaba para endulzar un poco más algunos dulces. Si quieres disfrutar de una receta retro pero efectiva, toma nota estas rosquillas de nata y anís.

Ingredientes:

  • 1 huevo
  • 35 gr de azúcar
  • 40 ml de nata
  • 35 ml de aceite de girasol
  • Ralladura de un limón
  • 8 gr de levadura química
  • 225 gr de harina
  • Aceite de girasol para freír
  • Cómo preparar rosquillas de nata y anis:

    1. Empezamos estas rosquillas preparando la base, batimos el huevo con el azúcar. Utilizaremos las varillas hasta que haya doblado su tamaño y sea una salsa de color pálido.
    2. Incorporamos la ralladura del limón y la nata, estos dos ingredientes aromatizarán las rosquillas y las convertirán en un bocado especial.
    3. Añadimos el anís y el aceite de girasol para completar la lista de ingredientes líquidos. Llega el momento de la harina y la levadura. Tamizamos estos dos ingredientes antes de unirlos a la masa para evitar que se formen grumos.
    4. Mezclamos hasta formar la masa principal de estas rosquillas. Quedará una masa maleable sin pegarse demasiado a los manos, la harina quedará perfectamente integrada.
    5. Para poder darles forma a las rosquillas nos engrasaremos las manos con aceite. Hay dos maneras de hacerlas. Una primera dando forma de cilindro y uniendo los extremos consiguiendo así la forma de rosquilla. La segunda consiste en separar bolas del mismo tamaño y hacerles un agujero en el centro.
    6. Preparamos el aceite, en este caso utilizaremos aceite de girasol porque es más suave, pero podemos servirnos del tipo que más nos guste.
    7. Cuando el aceite este caliente vamos friendo poco a poco las rosquillas. Es importante no colocarlas todas a la vez porque corren el riesgo de bajar la temperatura del aceite.
    8. Las freímos hasta que estén doradas y a medida que se vayan cocinando las ponemos sobre papel absorbente hasta que se eliminen el exceso de aceite.
    9. Por último, solo nos quedará rebozarlas con un poco de azúcar y canela. Tendremos listas unas rosquillas que quedarán de maravilla.

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