Guarnición de castañas y vino para platos de caza

Una guarnición de castañas y vino para platos de caza es perfecta, sobre todo en otoño, cuando la temporada de castañas coincide con la de algunas presas de caza mayor, como corzos, ciervos y jabalíes. Las castañas son frutos del castaño (Castanea sativa), árbol del hemisferio norte que ofrece sus frutos en la temporada de otoño y es además uno de los alimentos presentes en las mesas navideñas.

En Europa ha sido un alimento tradicional y básico, que llegó a reemplazar, en algunas regiones y en momentos de escasez, a los cereales en la producción de harina, y su difusión ha sido tal que actualmente el mayor productor de castañas del mundo es China (un 25%). A finales de octubre y principios de noviembre la cosecha de castañas es celebrada en distintas regiones de España: son el magosto en Extremadura, Toledo y Galicia, la biocastanea en El Bierzo, el amagüestu en Asturias, la castanyada en Asturias, el gaztañerre eguna (“día de la castaña”) en el País Vasco y la castañada en Canarias.

Este fruto, rico en proteínas, carbohidratos, minerales y vitamina C, se come asado, en puré, sopas, cremas, en dulces y postres y como relleno. Puede ser además un excelente acompañante de los platos de carnes, como en esta guarnición de castañas y vino para platos de caza que presentamos a continuación.

Ingredientes:

Cómo preparar una guarnición de castañas y vino para platos de caza:

1. Lavar y pelar las castañas. Para ello se pueden hervir durante 10 o 15 minutos, luego pasarlas a un recipiente con agua fría. Lo normal es que la cáscara exterior y la piel interior se retiren con facilidad.
2. En una olla colocar las castañas y el litro de agua y cocinarlas durante cinco minutos. Escurrir y reservar.
3. Calentar el vino con la canela, el romero, el tomillo y el azúcar. Remover regularmente hasta que se reduzca a la mitad.
4. Colocar las castañas en una fuente y agregar el vino con las especias.

Anímate a preparar esta guarnición de castañas y vino para platos de caza con uno de los frutos más emblemáticos de la tradición culinaria europea, y que hoy en día es parte de la gastronomía mundial. Se trata de un acompañante sencillo de preparar, elegante y grato en todos los sentidos.

Puedes servirla como acompañante en preparaciones de ciervo, jabalí, corzo, pero también para carnes más convencionales, como cordero, cerdo o res, e incluso hay quien las sirve junto a perdices o conejo, pollo, pavo y otras aves.