Tortilla esponjosa de calabacín y jamón york

Tortilla esponjosa de calabacín y jamón york
Tortilla esponjosa de calabacín y jamón york

Pocos platos nos sacan más fácilmente de un apuro que una tortilla. Normalmente nos agarramos a la tradicional receta de tortilla de patatas, pero en nuestra huerta tenemos productos que se adaptan muy bien a este tipo de preparación. Es el caso del calabacín, una verdura que podemos encontrar durante todo el año, pero que alcanza en los meses del verano las condiciones más propicias de sabor y precio.

Para cocinar una tortilla para unas cuatro personas necesitamos un calabacín, media docena de huevos, unas 6 lonchas de jamón york, aceite de oliva virgen extra, levadura, leche o yogurt natural y sal.

Comenzamos por lavar el calabacín y cortarlo en láminas finitas. Si nos apetece, podemos pelarlo sacándole la piel, pero no habría ningún problema si no la retiramos. Calentamos en una sartén a fuego medio un chorro de aceite de oliva y pochamos en ella las láminas de calabacín hasta que la verdura se haya puesto blanda.Cortamos las lonchas de jamón en cuadrados pequeños y reservamos.

Para conseguir que la tortilla sea más esponjosa, separamos las claras de las yemas y las batimos a punto de nieve siguiendo los consejos que ya os hemos dado en Receta Sabrosa. Batimos ligeramente las yemas y las incorporamos en un bol con las claras, un poco de sal, el calabacín pochado, los dados de jamón y mezclamos todo bien.

Ponemos una sartén antiadherente al fuego calentando una cucharada de aceite de oliva. Vertemos la mezcla del bol y esperamos a que empiece a cuajarse. Cuando lo haya hecho, le damos la vuelta al igual que haríamos con una tortilla tradicional de patatas. Esperamos a que se cuaje por la otra cara y servimos.

Podemos añadir a los huevos batidos un poco de queso rallado para dar un toque de sabor a la tortilla de calabacín y jamón york.

Otro truco para conseguir que esta tortilla de calabacín y jamón york esté lo más esponjosa posible es añadir durante el batido de los huevos una cucharadita de levadura en polvo y un buen chorro de leche. Si preferimos, podemos utilizar la mitad de un yogur natural en lugar de la leche.

A la hora de escoger un calabacín en nuestra tienda habitual, tenemos que fijarnos en que tenga un tacto firme, compacto y con una piel sin manchas. Los mejores calabacines son los de tamaño mediano o pequeño, ya que los grandes pueden presentar una carne poco tierna. Podemos conservarlo en el congelador escaldándolo previamente o en la nevera durante un par de semanas.

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