Receta de Beet Kvass: la bebida fermentada de betabel con propiedades probióticas

Los alimentos fermentados son las mejores fuentes naturales de probióticos para nuestro organismo. Los probióticos, a su vez, son microorganismos vivos capaces de mejorar nuestra microbiota intestinal, ayudando a preservar o recuperar las “bacterias buenas” que la conforman. Afortunadamente, podemos explorar el arte de la fermentación en casa con ingredientes accesibles, y garantizar un óptimo aporte de probióticos en nuestra dieta.

Receta de Beet Kvass (o Kvass de remolacha)

La gran ventaja del Beet Kvass es que combina un buen aporte de probióticos con todos los nutrientes presentes en la remolacha o betabel. Tras un sencillo proceso de fermentación, el resultado es un tónico depurativo, con una gran variedad de minerales (magnesio, fósforo, hierro, potasio, etc.) y antioxidantes, en especial de betacianinas, el compuesto fenolico responsable del característico color de las remolachas.

Para preparar tu Kvass de remolacha en casa, además de los ingredientes listados abajo, vas a necesitar un bote o frasco de vidrio con cierre hermético. Lo más recomendable es usar un frasco con capacidad de al menos dos litros, para que obtengas una buena cantidad de kvass al final de la fermentación.

Ingredientes:

Cómo hacer kvass de remolacha casero:

1. Primero, preparamos una salmuera al 2% con la cantidad de agua que usaremos para preparar el beet kvass (en función de la capacidad de nuestro bote). Por cada litro de agua, usaremos 20 gramos de sal.
2. El próximo paso es lavar bien las remolachas y, sin pelarlas, cortar en dados de aproximadamente 1 cm.
3. Colocamos los dados de remolacha en el bote junto con las tiras de jengibre fresco.
4. Por último, cubrimos con la salmuera al 2% hasta el cuello del bote.
5. En seguida, cerramos el bote y dejamos reposar en un lugar fresco y oscuro durante al menos tres semanas para que pueda fermentarse adecuadamente.
6. Trascurridas las tres semanas, abrimos el bote y probamos la bebida fermentada de remolacha. Si aun nos parece muy salada, volvemos a cerrar el bote y dejamos que siga fermentándose hasta que el sabor nos agrade.

Un tip adicional para tu kvass de remolacha casero:

Cuando el kvas ya esté listo a tu gusto, puedes consumirlo directamente o hacer una segunda fermentación sin la remolacha. Este proceso es opcional y nos permite lograr una bebida fermentada saborizada y ligeramente gasificada.

Si quieres experimentar, solo necesitas colar el kvass para quitar los dados de remolacha, verterlo nuevamente en el bote con cierre hermético y añadir los ingredientes de tu preferencia para aromatizarlo. Te recomendamos probar con naranja o pomelo y una ramita de canela.

Al concluir este paso, cierra nuevamente el bote, regrésalo a su lugar y deja que la bebida se fermenta durante al menos una semana más. Cuando te guste el sabor, lleva tu kvass a la nevera y disfrútalo.