Helado de limón casero

Helado de limón casero
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¿No os ha pasado nunca que habéis terminado de comer o de cenar y os han entrado unas irrefrenables ganas de tomar un postre que no os llene, sea ligero, no demasiado dulce y, a la vez, destaque por su suavidad y frescura?

Bueno, vale, quizá nos hemos puesto un pelín exquisitos, pero es que tras probar nuestra última receta no podemos más que instaros a que pidáis, pidáis y, ante todo, sigáis pidiendo, porque el postre que os traemos hoy cumplirá todos vuestros deseos y hará que empecéis a ver el helado con otros ojos.

Efectivamente, se trata de un helado de limón que podréis preparar en casa y degustar cuando queráis, ya que con pocos ingredientes obtendremos una buena cantidad que, aunque sabemos que durará poco, se conservará, mientras continúe intacta, perfectamente en vuestro congelador.

¿Comenzamos por el postre con este delicioso helado de limón casero?

Ingredientes:

  • Zumo de tres limones
  • Cáscara de 1 limón
  • 1 litro de nata líquida
  • 35 g de azúcar blanco
  • 1 sobre de cuajada
  • Agua
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    Elaboración:

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    Empezaremos lavando bien los limones, pelando uno de ellos y exprimiéndolos. Reservamos el zumo y nos ponemos con la cáscara. Recomendación: Procurad quitar la mayor parte de la piel blanca que encontrareis entre la pulpa y la cáscara para que no amargue.

    Con ésta ya limpia, la estiraremos y la partiremos en tiras muy finas y estrechas. Cuando terminemos, juntaremos todas y las cortaremos en trocitos diminutos. Reservamos.

    A continuación, haremos el almíbar. Para ello, pondremos el agua y el azúcar en un cazo a fuego medio y, mientras removemos para evitar que el contenido se transforme en caramelo, dejamos que ésta última se disuelva y se cree una especie de jarabe.

    Mientras, echaremos la nata en un bol y le agregaremos el sobre de cuajada. Removemos con una cuchara o con unas varillas de mano hasta que quede bien diluida y reservamos. Recomendación: Para que no nos queden grumos a la hora de integrar la cuajada, procurad que la nata no esté fría, de hecho, si queréis podéis darle un golpecito de calor en un cazo. No obstante si os quedan grumos, usad la batidora para eliminarlos y que nos quede un resultado uniforme.

    Cuando tengamos listo el almíbar, echaremos el zumo, removeremos y agregaremos la mezcla de nata y cuajada. Dejamos que cueza hasta que rompa a hervir, removemos y esperamos a que entre en ebullición de nuevo.

    Retiramos del fuego, vertemos el contenido en el recipiente que hayamos elegido para preparar este riquísimo helado de limón, echamos los trocitos de cáscara, removemos para que queden bien distribuidos y lo meteremos en el congelador durante unas 4 horas mínimo. Consejo: Es aconsejable que el recipiente que vayáis a usar disponga de tapa para que nuestro helado no absorba los posibles olores del resto de comida que tengamos o, se produzca una capa de escarcha sobre su superficie.

    Transcurrido este tiempo, sacamos y servimos en forma de bola o como más nos guste. Y ya tendremos listo este fresco helado de limón casero que podéis decorar con unas hojitas de menta por encima o un hilito de cava.

     

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