Rosquillas de anís caseras
Las rosquillas de anís son una de esas recetas tradicionales que apetece hacerlas para desayunar o merendar. El simple olor de estas rosquillas ya nos trasladará a otros tiempos. Aquellos en los que disfrutábamos de los sabores más auténticos en un solo bocado. Esta maravilla se cocina frita, aunque podemos versionarlos en el horno para hacerlos más ligeros. De igual forma es imposible dejar de disfrutar en manos de uno de los sabores tradicionales más auténticos que existen. Los dulces con anís son una auténtica maravilla que se está perdiendo, pero podemos recuperar fácilmente con estos sencillos pasos. Atrévete a probar unas sencillas rosquillas de anís, son fáciles de preparar y están de vicio.
Ingredientes:
Cómo preparar rosquillas de anís
- Esta receta es la típica que nos preparaba nuestra abuela o madre en esos días especiales de celebración. Solo olerlas ya era un placer y comerlas mucho más, el sabor del limón y el anís son los más auténticos de hace unas décadas.
- Actualizaremos las rosquillas o las disfrutaremos por todo lo alto con la ayuda de unos sencillos trucos. Las abuelas o madres tenían mucha práctica, pero la podemos compensar con ayuda de unas herramientas básicas.
- Nos ponemos manos a la obra tamizando la harina y la levadura. Con un colador pasamos toda la harina, de esta manera no nos quedará ningún grumo.
- Dejamos la harina a un lado y nos ponemos con otro bol con los huevos. Cascamos los dos huevos y empezamos a batirlos.
- Incorporamos poco a poco el azúcar hasta que estén perfectamente integrados estos dos ingredientes en una sola salsa ligera.
- Le daremos el punto de grasa necesario sin incorporar casi nada de sabor con la llegada del aceite de girasol.
- Conseguiremos de esta manera un acabado de excepción para un dulce que hará historia gracias al ingrediente que está a punto de llegar.
- El anís es una bebida dulce con un olor característico. Usada para la sobremesa con un poco de café o para cocinar los pequeños bocados esponjosos y con personalidad que se preparaban para la ocasión.
- Las rosquillas son uno de los dulces más cocinados con esta deliciosa bebida, pero no son los únicos, también podemos usarla en tartas de manzana con mucha alegría. La combinación con la manzana queda impresionante.
- Con el anís integrado, añadimos la leche. Aromatizamos el conjunto con la ralladura de la cáscara de medio limón.
- Le daremos un poco más de sabor a la leche si la hervimos con el limón, de esta manera no encontraremos los trocitos de la cáscara. Este paso lo podemos hacer de la manera que más nos guste.
- Vamos añadiendo a esta base líquida la harina y la levadura. Poco a poco la masa irá cogiendo consistencia.
- Sabremos que está perfecta cuando no se pegue a las manos. En ese momento dejamos que repose la masa durante una hora.
- Este tipo de dulces necesita su tiempo, aunque merece la pena el esfuerzo para que quede perfecto.
- Con todo listo llegará el momento de hacer las rosquillas. Si queremos que nos queden bonitas, seguiremos estos pasos.
- Enharinamos una superficie de trabajo. Con el rodillo haremos una lámina del mismo tamaño. Debe tener un grosor adecuado, teniendo en cuenta que al freírse ganarán volumen.
- La base la vamos a cortar en forma circular, podemos usar un vaso, nos quedará igual de bien y solo tendremos que hacerle el agujero en el centro.
- Para hacer el agujero, podemos incluso usar el dedo o el mango de una espátula, cortamos con el cuchillo y retiramos el centro. Las rosquillas no son muy grandes.
- El siguiente paso, mientras las rosquillas reposan es calentar el aceite. Unas buenas rosquillas se preparaban en aceite de girasol.
- Cuando está caliente vamos friendo las rosquillas hasta que estén doradas, en ese momento les damos la vuelta y esperamos a que estén listas.
- Colocamos las rosquillas sobre un papel absorbente para que eliminen el exceso de aceite. Solo nos quedará esperar a que se enfríen un poco y rebozar con el azúcar.
- Si queremos hacerlas con un poco menos de grasa, las podemos cocinar al horno. En este caso calentamos el horno a 220º.
- Ponemos las rosquillas en una fuente para horno forrada con papel vegetal para que no se pegue la masa.
- Pintamos las rosquillas con un poquito de aceite por encima para que tengan color. Horneamos a 180º unos 15 minutos hasta que estén listas.
- De igual forma que las anteriores, las vamos a rebozar con azúcar. Podemos saltarnos este paso si buscamos un acabado light.
- Disfrutaremos de una combinación de ingredientes impresionante que se cocina en un tiempo récord. Regresa al pasado con esta combinación de sabores que impresiona.