Tarta de nata y fresas

La tarta de nata y fresas es un postre delicioso y muy popular. Desde hace años se prepara en casi todos los rincones del mundo, por lo que su origen no es muy claro, aunque es muy popular en la repostería inglesa, vienesa y suiza. Lo cierto es que se trata de un clásico que casi todas las personas les gustan, por lo que es una opción que definitivamente debe estar presenta en ocasiones especiales, sobre todo si queremos sorprender a nuestros invitados con una opción dulce y equilibrada.

¿Lo mejor? Este es un postre que tiene un ingrediente que aporta muchos beneficios al organismo. Las fresas, ingrediente principal de esta tarta, es una fuente maravillosa de vitamina C, antioxidantes, hidratos de carbono, calcio, magnesio, potasio, entre otros, Todo ello sin contar con que el aporte calórico es considerablemente bajo, por lo que es una fruta que podemos consumir si el objetivo es bajar o mantener el peso corporal actual.

La combinación de vitamina C y antioxidantes es clave para reforzar el sistema inmunológico. Por un lado, la vitamina C es necesaria para la formación colágeno, dientes, huesos, glóbulos rojos, entre muchos otros beneficios. Junto a ello, los antioxidantes retrasan y combaten la oxidación de las moléculas. Los antioxidantes son determinantes para combatir los radicales libres que dañan el organismo. De ahí que el consumo regular de esta fruta otorgue energía y reduzca las probabilidades de desarrollar diferentes tipos de enfermedades.

Ingredientes:

Cómo preparar la tarta de nata y fresas:

1. Lavar las fresas y quitar el rabito verde. De todo el lote, reserva 12 fresas, las más grandes y bonitas para la decoración.
2. Corta en trocitos pequeños el resto de las fresas y la mitad colócalas en un bol con el zumo de una naranja y 2 cucharadas de azúcar. Mezcla bien y llévalas a la nevera.
3. En una olla, coloca a fuego medio bajo el resto de las fresas, el azúcar, una ramita de canela y agrega agua hasta cubrir todo. Tapa la olla y deja cocinar la mermelada durante 30 minutos.
4. Transcurrido el tiempo anterior, deja que la mermelada se enfríe un poco. Mientras, en una taza con agua, disuelve la gelatina y agrégala a la mezcla de fresas y azúcar. Mezcla bien y lleva a la nevera para que se endurezca.
5. Aparte, monta la nata con ayuda de una batidora. Agrega el queso crema, mezcla y luego, a máxima velocidad, agrega, poco a poco, el azúcar glas hasta que la nata haga picos.
6. Mezcla las fresas que tenías de primero en la nevera con una buena cantidad de nata al gusto.
7. A continuación, solo queda armar la tarta. Agrega una capa fina de mermelada a la parte interna de uno de los discos y luego una buena cantidad de nata con fresas. Agrega también un poco de mermelada a la parte interna del otro disco y colócalo sobre la nata con fresas.
8. Decora la tarta con nata blanca, sin fresas. Utiliza una espátula para un acabado más profesional y decora con fresas.

Hacer esta tarta es más fácil de lo que parece y el sabor casero no se puede comparar a ninguna opción que puedas comprar en la calle. Anímate y sorprende a tus invitados con esta delicia.