Receta de Quesada pasiega con yogur y canela
¿Te gustan los postres con sabor a queso? Esta receta de quesada pasiega con yogur y canela es una delicia. Toma nota de sus pasos.
La quesada pasiega es una preparación típica de Cantabria, un dulce tradicional que se hace sobre todo en las localidades cántabras de Selaya, Vega de Pas, Villacarriedo y Alceda-Ontaneda, aunque también se come al norte de las provincias de Palencia y Burgos. Se trata de un plato elaborado a partir de cuajo de leche de vaca fresca, azúcar, mantequilla, huevos y harina de trigo, que suele aromatizarse con limón y canela. La quesada pasiega con yogur y canela es una receta fácil y actualizada.
Este postre tiene una consistencia similar a la del pudin, y se puede comer frío o caliente. Su origen es antiguo, y el Arcipreste de Hita lo menciona en su Libro del Buen Amor. La leche cuajada, el queso, típica de esta preparación se hace con la leche de vacas que pastan en los Valles Pasiegos (de allí su nombre); hoy en día resulta algo complicado conseguir leche recién ordeñada con el cuajo, así que es más fácil hacer uso de ingredientes más al alcance. Sin embargo, la textura sigue siendo cremosa, como la receta tradicional, y el sabor no tiene nada que envidiarle.
Ingredientes:
Cómo preparar una deliciosa quesada pasiega con yogur y canela:
- Precalentar el horno a 180° C.
- En un bol batir los huevos, el azúcar y la mantequilla derretida, batir bien para integrar.
- Añadir la leche y el yogur natural. Seguir batiendo.
- Incorporar el zumo y la ralladura de limón.
- Agregar la harina tamizándola sobre el bol, y batir con varillas hasta obtener una pasta lisa.
- Verter en un molde previamente engrasado y espolvorear la canela y azúcar al gusto por encima.
- Meter al horno y cocinar durante 50 minutos, o hasta que al introducir un palillo este salga limpio.
- Sacar del horno y dejar reposar hasta llegar a una temperatura templada.
Puedes comer la quesada pasiega con yogur y canela a temperatura ambiente, que es cuando mejor sabe. Pero también fría de la nevera, para la merienda.
Al enfriarse, la quesada adquiere su textura característica, compacta, y si lo deseas puedes espolvorearle un poquito más de azúcar si te gusta sentir los granos crujientes y eres más goloso. La forma tradicional de cortarla es en cuadrados, y sírvela como merienda, o como un rico desayuno, con una buena taza de café con leche.