Mollejas de cordero
Las mollejas de cordero pueden ser consideradas una exquisitez por los comedores más gourmet, ya que no son un ingrediente común. Para obtenerlas probablemente haya que encargarlas en la carnicería; este pequeño esfuerzo vale la pena, ya que su sabor es delicioso.
Lo más importante al comprar mollejas es que estén frescas, ya que tienen un mejor sabor. Son un alimento tan sano y sabroso como el resto del cordero. Aunque su consumo no sea usual hoy en día, vale la pena probar este sabor tradicional.
Las mollejas son una fuente de proteínas necesarias para reconstruir tejidos del organismo, especialmente de los músculos; esto hace que sean un alimento ideal para personas que desean aumentar la masa muscular. Las proteínas de las mollejas se descomponen generando aminoácidos que ayudan en el transporte y almacenamiento de nutrientes.
Las mollejas contienen fósforo, indispensable en la formación de los huesos y los dientes. También ayuda en la reparación de los tejidos, así como en la producción de la molécula que permite el almacenamiento de energía.
Otro mineral que se encuentra en las mollejas es el magnesio, presente en todas las células del cuerpo. El magnesio es un relajante muscular, antiinflamatorio y un anti estrés. Por todos estos beneficios nutricionales, las mollejas de cordero son ideales para personas con actividad física intensa.
Ingredientes:
Cómo preparar mollejas de cordero:
- Remojar las mollejas en agua fría durante un par de horas. Luego escurrir el agua y limpiar bien hasta retirar toda la grasa y las telillas.
- Para un limpiado correcto, se pueden dar un hervor en agua con un chorro de vinagre.
- Escurrir y secar con un papel absorbente. Cortar las mollejas en trozos no muy pequeños, para evitar que se deshagan durante la cocción.
- Poner aceite de oliva en una sartén y dejar que se caliente. Freír las mollejas. Agregar sal y pimienta al gusto.
- Cuando estén doraditas, añadir los ajos picados finamente. Bajar el fuego y dejar que tomen color. Se deben mover constantemente para que no se peguen; esto se hace con movimientos que se ejecutan agitando la sartén por el mango, sin utilizar paletas o cubiertos para evitar romper las mollejas.
- Agregar los champiñones cortados en rodajas.
- Añadir un chorro de vino blanco y el perejil picado muy fino. Cuando el alcohol se haya evaporado y los champiñones estén cocinados, todo está listo para servir. Puedes completar este plato con un puré de patatas para darle un toque más especial.