Recetas con queso feta: ideas fáciles, saludables y llenas de sabor mediterráneo


Descubre recetas con queso feta irresistibles, desde ensaladas frescas hasta platos al horno. Fáciles, saludables y con todo el sabor del Mediterráneo.
Pastelitos de queso feta y espinacas
Nubes de queso feta con miel y semillas
Croquetas de patata con queso feta
El queso feta es uno de los ingredientes estrella de la cocina mediterránea. Su sabor salado, ligeramente ácido y su textura firme pero cremosa lo convierten en un complemento ideal para ensaladas, platos calientes, aperitivos o cenas rápidas. Versátil, nutritivo y delicioso, el feta puede transformar preparaciones sencillas en platos con carácter. Si quieres incorporar este queso a tu alimentación diaria, aquí encontrarás ideas fáciles, saludables y muy sabrosas.
¿Qué es el queso feta y por qué se usa tanto en cocina?
Origen griego y características del queso feta
Originario de Grecia, el feta es un queso blanco elaborado tradicionalmente con leche de oveja o una mezcla con leche de cabra. Se cura en salmuera, lo que le da su sabor salado característico. Su textura se desmenuza fácilmente, ideal para incorporar en ensaladas o platos horneados.
Propiedades nutricionales del queso feta
El queso feta es rico en calcio, proteínas y vitaminas del grupo B. También contiene probióticos naturales que pueden beneficiar la salud intestinal. Aunque es más ligero que otros quesos curados, conviene consumirlo con moderación por su contenido de sal.
Cómo conservar el queso feta correctamente
Guárdalo en su líquido (salmuera) dentro de un recipiente hermético en la nevera. Si está envasado al vacío, consérvalo en refrigeración hasta abrirlo. Una vez abierto, dura entre 5 y 7 días si se mantiene bien cubierto.
Ensaladas con queso feta para cualquier momento
Ensalada griega clásica
Con tomate, pepino, cebolla roja, aceitunas y feta. Aliñada con aceite de oliva y orégano.
Ensalada de sandía y queso feta
Una combinación refrescante de sandía en dados, feta desmenuzado, menta fresca y un toque de lima.
Ensalada de lentejas con feta y menta
Lentejas cocidas, feta, cebolla morada, zanahoria rallada y menta para un plato lleno de sabor y fibra.
Ensalada templada de calabaza y queso feta
Con calabaza asada, rúcula, nueces y feta. Ideal para otoño.
Platos principales con queso feta
Pasta con tomate cherry, albahaca y feta
Una receta rápida: saltear tomates con ajo, mezclar con pasta cocida, albahaca fresca y feta desmenuzado.
Pollo al horno con espinacas y queso feta
Rellenar pechugas de pollo con espinacas salteadas y feta, luego hornear. Jugoso y sabroso.
Lasaña vegetariana con feta y berenjena
Capas de berenjena, tomate y feta horneadas hasta dorar. Sin pasta, ligera y deliciosa.
Hamburguesas de quinoa con corazón de feta
Mezcla de quinoa, zanahoria y avena con un centro de feta derretido. ¡Sorpresa cremosa al morder!
Aperitivos y entrantes con feta fáciles de preparar
Hojaldres de espinacas y queso feta (estilo spanakopita)
Triángulos de masa rellenos con espinaca, cebolla y feta. Perfectos como entrante o snack.
Feta al horno con tomate y orégano
Una cazuela con feta, tomates cherry, aceite de oliva y especias. Horneado hasta que se derrita.
Pinchos de feta con aceitunas y pepino
Montados en palillos para un aperitivo rápido y fresco.
Tartaletas de queso feta y cebolla caramelizada
Mini tartas saladas con contraste dulce y salado.
Ideas para cenas rápidas con queso feta
Tostadas con aguacate y feta
Aguacate machacado con feta y un toque de limón sobre pan tostado.
Tortilla de espinacas y feta
Huevos batidos con espinaca salteada y cubitos de feta. Ideal para una cena ligera.
Pizza rápida con base de pan y feta
Usa pan pita como base, añade tomate, feta y tus toppings favoritos. Hornea 10 minutos.
Wraps de pollo con feta y verduras
Tortillas rellenas de pollo a la plancha, lechuga, tomate y feta. Fáciles y sabrosos.
Preguntas frecuentes
Sí, aunque su textura puede cambiar. Se recomienda para platos cocinados.
El feta es más salado y curado en salmuera; el queso blanco suele ser más suave y sin madurar.
Al contener menos lactosa que otros quesos, algunas personas lo toleran mejor, pero conviene consultar con un profesional.
Vinos blancos secos, rosados o tintos jóvenes son excelentes opciones.
Aproximadamente una semana si se conserva bien cerrado y en su líquido.