Cazuela al horno de calabaza, manzana y requesón
¿Buscas una receta vegetariana llena de sabor? Prueba con esta cazuela al horno de calabaza, manzana y requesón. Aquí tienes los pasos.
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Crema de calabaza y manzana
Tarta de calabaza sin gluten
La combinación de calabaza, manzana y requesón en una cazuela es deliciosa y reconfortante, ideal para una cena caliente en una noche fría, o para comer fría al día siguiente, con sus sabores intensificados. Esta es una receta muy sencilla cuyo resultado se asemeja más a un pastel cremoso muy suave de sabor dulce, con un ideal contraste del queso cottage. Realmente se trata de un plato vegetariano con un intenso sabor y variedad de nutrientes y de ingredientes, para que todos puedan disfrutar en casa. A continuación, te dejamos los pasos.
El requesón es un queso bajo en grasas que proporciona nutrientes saludables. Por eso es bueno combinarlo con legumbres, frutas y verduras. En este caso, los elegidos forman un conjunto muy sabroso y sano: calabaza, manzanas, pasas de uva y sémola. También admite otras bayas o frutas en escabeche.
No es recomendable usar un requesón con un alto contenido de grasa, porque la receta incluye crema. También puede elaborarse con crema baja en grasas, yogur natural o crema vegetal. Este ingrediente debe ser muy fresco, para que la cazuela tenga un delicioso sabor.
Ingredientes:
Preparación:
- En un tazón, calienta ligeramente la leche, agrega las pasas de uva y deja reposar hasta que se rehidraten.
- En un bol bate los huevos, agrega el requesón, el azúcar y una pizca de sal. Revuelve bien o mezcla todo en la licuadora hasta obtener una crema homogénea. Reserva.
- Pela la calabaza y las manzanas. Retira las semillas y el corazón de las manzanas. Ralla ambos ingredientes con un rallador o tritúralos con la procesadora. La calabaza puedes rallarla con el rallador grueso.
- Agrega la sémola y las pasas. Mezcla bien.
- Engrasa una fuente de horno alta (preferentemente de vidrio templado) y hornea 1 hora aproximadamente, con el horno precalentado a 190 o 200°C.
- Retira del horno y deja que se enfríe un poco antes de servir en porciones.
Si lo dejas enfriar, la cazuela se volverá más espesa, como un pastel. Frío es también delicioso, e incluso los sabores son más intensos. Si lo prefieres tibio, déjalo reposar unos minutos en el horno, para que adquiera consistencia.
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