El truco definitivo para lograr croquetas caseras cremosas, crujientes y con un rebozado perfecto
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Aquí te revelaremos el truco definitivo para conseguir unas croquetas caseras que dejarán a todos con ganas de más.
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Las croquetas son uno de esos platos que nunca pasan de moda. Su versatilidad y su inigualable sabor las convierten en un clásico de la gastronomía, ya sea en una comida familiar, una cena con amigos o como aperitivo en cualquier celebración. Sin embargo, el hecho de conseguir que queden cremosas por dentro, crujientes por fuera y con un rebozado perfecto puede parecer un desafío. Pero no te preocupes, hoy te revelaremos el truco definitivo para conseguir unas croquetas caseras que dejarán a todos con ganas de más.
Ingredientes imprescindibles
Para la bechamel:
Relleno:
- 200 g de jamón serrano picado (puede ser jamón ibérico para un toque gourmet)
- 1 cebolla pequeña (opcional)
Para el rebozado:
- 2 huevos
- Pan rallado
- Aceite de oliva para freír
La clave: una bechamel perfecta
El primer paso para unas croquetas cremosas es preparar una bechamel de calidad. La bechamel es la base de nuestras croquetas y será la que les otorgue esa textura suave y cremosa que todos amamos.
- Derrite la mantequilla en una cacerola a fuego medio. Una vez derretida, añade la cebolla picada y sofríela hasta que esté dorada, lo que aportará un sabor extra.
- Añade la harina y mezcla bien para que se integre. Cocina durante unos minutos, removiendo constantemente, hasta que adquiera un ligero color dorado. Esto ayudará a eliminar el sabor a crudo de la harina.
- Incorpora la leche poco a poco mientras sigues removiendo. Es importante hacerlo de forma gradual para evitar grumos. Continúa cocinando a fuego medio, sin dejar de mover, hasta que la mezcla espese. Esto puede tardar entre 10 y 15 minutos.
- Añade el jamón picado y sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto. La bechamel debe ser espesa, pero aún cremosa. Una vez que esté lista, retírala del fuego y deja enfriar.
Formando las croquetas
Una vez que la bechamel se ha enfriado completamente, es hora de dar forma a nuestras croquetas.
- Con las manos húmedas, toma una porción de la mezcla y forma pequeñas bolitas o cilindros, según tu preferencia. Intenta que todas tengan un tamaño similar para que se cocinen de manera uniforme.
- Coloca las croquetas en un plato y déjalas reposar en el refrigerador durante al menos 30 minutos. Este paso es crucial, ya que ayudará a que mantengan su forma durante la fritura.
El rebozado perfecto
- Bate los huevos en un bol y en otro coloca el pan rallado. Para un extra de sabor, puedes mezclar el pan rallado con un poco de queso rallado o especias.
- Reboza cada croqueta primero en huevo batido, asegurándote de que queden bien cubiertas, y luego pásalas al pan rallado. Presiona ligeramente para que el pan se adhiera bien.
- Una vez rebozadas, colócalas de nuevo en el refrigerador durante otros 30 minutos. Esto ayudará a que el rebozado se adhiera mejor y evitará que se deshagan al freír.
La fritura: el toque final
- Calienta abundante aceite de oliva en una sartén profunda o en una freidora a unos 180 °C. Es importante que el aceite esté bien caliente para que las croquetas se cocinen rápidamente y queden doradas y crujientes.
- Fríe las croquetas en tandas, evitando llenar demasiado la sartén para que la temperatura del aceite no baje. Fríelas durante unos 3-4 minutos o hasta que estén doradas y crujientes.
- Retira las croquetas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Información nutricional: 2956 kcal en total
Tipo de cocina: Mediterránea
Tipo de comida: Aperitivos
Sirve tus croquetas calientes, acompañadas de una salsa alioli o una salsa de tomate casera. También puedes disfrutar de una ensalada fresca para contrastar la fritura. ¡No olvides acompañarlas con una buena bebida!