Receta de golosinas turcas: lokum
Si te gusta disfrutar en casa de delicias propias de la cocina tradicional, prueba a hacer lokum, un dulce de la gastronomía turca. Aquí te dejamos el paso a paso, pruébalo.
Entre las golosinas turcas, figura un tipo de gominola tradicional conocida como lokum. Es una especie de caramelo con textura gelatinosa muy consumido en países balcánicos como Rumanía, Grecia, Albania, Herzegovina, Bosnia, Serbia y Bulgaria. También es popular en Egipto, Siria, Líbano, Libia, Túnez y Arabia Saudita. Suele consumirse en forma de dados pequeños, y por su delicioso sabor, se ha masificado su consumo hasta formar parte del mercado mundial. Se consiguen de cualquier color y, a veces, pueden contener nueces, pistachos o avellanas. El origen de esta preparación de la cocina turca se remonta hace unos 230 años aproximadamente.
Cuenta la historia que un sultán juntó a todos los especialistas en confitería para la época para pedirles que crearan una receta secreta. Después de un arduo trabajo culinario, nació el lokum. Este tipo de golosinas blandas se hacen desde tiempos medievales. Ya en el siglo XIX, el lokum pasó a formar parte de la moda en repostería gracias a que su consumo se extendió por todo el Imperio Británico. En España hoy en día es muy común de conseguir en tiendas de gastronomía rumana. Una anécdota interesante es la del artista Picasso, que consumía estas golosinas turcas con un relleno de pistacho para mantenerse con energía mientras pintaba sus cuadros.
En primera instancia, el lokum recibía otro nombre. El de «rahat-ul hulküm» que quiere decir «aliviador de garganta». Esto indica que tenía usos medicinales. Gracias a la gelatina, contiene propiedades nutricionales beneficiosas para el organismo. Hay que recordar que la gelatina es de origen animal, proviene de distintas partes del ganado, por lo tanto es una fuente de proteínas. Las proteínas son nutrientes importantes para el desarrollo y recuperación de los tejidos y, en consecuencia, de los músculos.
Específicamente el colágeno ayuda a mantener la salud de los tendones y las articulaciones, además de contribuir con la elasticidad y buena apariencia de la piel y el cabello. Además, el porcentaje de grasa de este alimento es muy bajo. Contiene minerales como potasio, calcio y hierro, importantes para los huesos, dientes y para evitar distintas enfermedades como la anemia. El lokum está compuesto además de hidratos de carbono simples, y cuando se consume, se convierte en energía rápidamente en el cuerpo. En Anatolia el lokum se usaba para curar heridas de piel. Y una de estas delicias más comunes es la doble tostada, que reduce la acidez y los niveles de cortisol (la hormona encargada del estrés).
Ingredientes:
Preparación:
- Tomar una cacerola y poner la mitad del agua. Juntar con el azúcar. Cocinar a fuego medio.
- Añadir a la cacerola la ralladura del limón y de la naranja. Hervir durante 15 minutos aproximadamente y esperar que tome la consistencia de un almíbar (que es más o menos espesa).
- Localizar un colador y un recipiente para pasar el almíbar y no retirar los restos de las pieles de las frutas. Aunque si se prefiere se pueden dejar, aunque no es lo que usualmente se hace.
- En otra cacerola, poner la gelatina y el agua que no se ha usado. Poner en el fuego y a temperatura baja para que se vaya disolviendo por completo.
- Añadir el almíbar a la preparación anterior y cocinar en conjunto. Remover con una cuchara (preferiblemente de madera) hasta conseguir la consistencia de «hebra». Para saber esto, echar un poco de almíbar en agua fría y notamos cómo se hacen una especie de hilos.
- Tomar una fuente rectangular y engrasar con aceite de girasol o otro aceite vegetal que no tenga sabor. Verter la mezcla.
- Dejar enfriar y llevar a la nevera para que se solidifique. La idea es que se pueda cortar en dados y que tenga una textura de cuajo.
- Mezclar la maicena con el azúcar y cubrir los dados gelatinosos para que no se peguen. Por último, servir con café (preferiblemente turco). Y si se quiere reservar, guardar en un envase hermético.
Prepara en casa estas deliciosas golosinas, naturales y sin conservantes. Puedes aromatizar con unas hojitas de menta o vainilla (mientras se cuece el almíbar). También puedes acompañar con una guarnición de nueces, pistachos o anacardos y le darás una textura contrastante increíble, además de obtener los nutrientes de los frutos secos.
A partir de ahora podrás hacer en casa unas deliciosas golosinas turcas. El lokum es un postre digestivo, ideal a continuación de una comida pesada. Además, dejará a tus comensales pidiendo más. Es un procedimiento sencillo, con pocos ingredientes y que te dará excelentes resultados, y todo con ingredientes que se suelen tener en casa.