Raviolis de gallina y nuez moscada
Si pensábamos que ya habíamos probado de todo en cuestión de pasta… estábamos muy, pero que muy equivocados.
Y es que fue ver en la carta este plato y lanzarnos enseguida a pedirlo y, la verdad, es que nos dejó de lo más sorprendidos.
Al preguntar por su receta (que no nos dieron…) nos contaron que, estos raviolis, tenían mucha tradición e historia a sus espaldas, razón de más para convertirlos en algo aún más apetecible.
Al parecer, en un principio, este plato no contenía raviolis, sino una pasta de arroz que iba mezclada con algo de carne de gallina (muy empleada debido a su bajo precio). Poco a poco, esta combinación fue variando hasta adoptar diversas formas que, explotaban perfectamente el sabor de este ave tan relegada a la preparación de caldos y sopas por ser un poquito más dura de textura que el pollo.
Una de esas variaciones fueron estos raviolis, que, en cuanto fueron servidos por primera vez, consiguieron ser un rotundo éxito.
Y, aunque la receta que os traemos hoy no es la original, no tiene mucho que envidiarle (con eso de que ya es casi fin de semana, la autoestima se dispara y nos venimos arriba…).
¿Empezamos con estos raviolis de gallina y nuez moscada?
Ingredientes:
Elaboración:
Comenzaremos tamizando la harina y poniéndola en un bol. Hacemos un hoyo en el centro (como si fuese un volcán) y añadimos los huevos y la sal.
Lo trabajamos hasta obtener una mezcla homogénea que extenderemos, con la ayuda de un rodillo, sobre una superficie ligeramente enharinada. Reservamos.
Lavamos y picamos la cebolleta. Reservamos.
Picamos el jamón en trocitos muy pequeños. Reservamos.
Desmenuzamos la carne de gallina y reservamos.
Con estos tres ingredientes ya listos, pondremos la mantequilla en una sartén y dejaremos que se funda a fuego suave para que no se queme. Añadimos la cebolleta y rehogamos durante unos minutos hasta que comience a dorarse, momento en que agregaremos el jamón y la gallina. Salpimentamos y dejamos unos 5 minutos removiendo de vez en cuando.
Transcurrido este tiempo, incorporamos el caldo de carne, la nuez moscada (bastará con 1 cucharadita de café) y mantenemos a fuego lento durante unos 20 minutos más.
Mientras, iremos dando forma a nuestros raviolis. Para ello, lo mejor es disponer de una plancha o rodillo específico para ello.
Tan solo tendremos que cortar la masa en dos partes iguales y poner una de ellas sobre ésta, haciendo, con la ayuda de nuestros dedos, la forma de los huecos. Reservamos.
Cuando el guiso esté preparado, lo colamos, dejamos que escurra y reservamos el jugo que haya quedado y que suelte.
Vamos rellenando los raviolis con un poquito de cantidad de éste y, cuando hayamos completado toda la placa, la cubriremos con la otra parte de la masa. Para sellar ambas, pasaremos el rodillo por encima hasta que se marque la forma y desmoldamos con cuidado.
Si en vuestro caso tenéis el rodillo, extended la primera mitad de masa, poned una serie de bolitas de relleno (dejando espacio entre ellas, cubrid con la otra parte de masa y pasad el rodillo por encima con cuidado. Éste dejará marcada la forma y sellará cada uno de los raviolis.
Cocemos nuestros raviolis en una olla con agua hirviendo durante unos 3 minutos y servimos bien calentitos con el jugo (que teníamos reservado) por encima.
¡Y ya tendremos estos increíbles raviolis de gallina y nuez moscada!
Sugerencia: Si no disponéis de placa especifica para pasta en casa, no os preocupéis, porque podréis preparar estos ricos raviolis a mano. Tan solo tendréis que extender la masa y, sobre ésta, ir añadiendo una pequeña cantidad de relleno, poner encima la otra capa de masa e ir cortándolos y sellándolos.
Foto: Ewan Munro
