Receta de Calabacín a la miel

El calabacín a la miel es uno aperitivo muy particular y poco conocido. No obstante, con las nuevas tendencias de cocina se comienzan a popularizar estas tendencias. Se trata básicamente de un snack natural que permite sustituir las presentaciones comerciales. La idea consiste en consumir tentempiés ingeniosos que no deban pasar por procesos industriales, o ser muy grasosos. Esta es una tendencia naturista que comenzó a mitad de los años noventa a popularizarse en Latinoamérica, bastante influenciada por recetas y cocineros veganos o vegetarianos. Este tipo de productos se comenzaron a popularizar a través de las tiendas naturistas, un concepto que mezclaba alimentos, snacks y remedios naturales inició su popularización en Estados Unidos. Hoy en día, muchos ciudadanos europeos han adoptado una dieta libre de alimentos procesados, grasas y carne animal.

Si hay un alimento realmente saludable ese es el calabacín. De hecho, las personas que practican una alimentación vegana suelen utilizarse mucho en su dieta habitual. Esto es porque los calabacines tienen un alto contenido en fibra.  Su ingesta es además muy saludable: 95% de la constitución de esta planta es agua. Pocas grasas y un alto contenido en vitaminas complementan su descripción. En la práctica, al ser una planta rastrera se nutre de una cantidad considerable de minerales positivos para el cuerpo humano. Los principales son el potasio, calcio, fósforo y magnesio; también hay que mencionar su aportación de omega 3, el cual es un elemento fundamental para los procesos metabólicos. A continuación, te mostraremos como hacer éste delicioso y rápido snack… ¡Presta atención!

Ingredientes:

Cómo preparar calabacín a la miel:

1. Lavar y cortar el calabacín en rodajas lo más finas posible. Salar ligeramente.
2. Añadir harina en un recipiente como se acostumbra a hacer cuando se hace una carne empanda.
3. Calentar aceite de oliva en una sartén.
4. Pasar cada rodaja de calabacín por la harina e ir friendo en la sartén con el aceite.
5. Sacar cada rodaja cuando esté dorada y escurrir el exceso de aceite con la ayuda de un papel absorbente.
6. Emplatar todas las rodajas cuando estén listas y untar de miel por encima. También se puede hacer una salsa de miel y agua y con ella rociar las rodajas fritas.

Cabe destacar que también se puede añadir el huevo en esta preparación, como ocurre por ejemplo con el pollo empanado. No obstante, al utilizar únicamente la harina este aperitivo queda mucho más ligero.