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Ni espinazo ni morcilla: el truco de mi abuela para que el cocido quede riquísimo

Ni espinazo ni morcilla: el truco de mi abuela para que el cocido quede riquísimo
Gemma Meca
  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

El truco de mi abuela para que el cocido quede riquísimo forma parte de los secretos de toda una generación que no usaban ni espinazo ni morcilla en sus caldos. La receta de este caldo es de aprovechamiento, es decir, se aprovechaba todo lo que había en la cocina para crear una sopa de esas que hacen saltar más de una lágrima de emoción. Las abuelas, o bien hacían magia con lo que tenían o eran grandes expertas del arte de una cocina tradicional que ha traspasado fronteras.

El cocido es una de las recetas más reconfortantes y completas de nuestra gastronomía, especialmente apreciada durante los días fríos. Tradicionalmente, el secreto de un buen cocido reside en la calidad de su caldo, y hay un ingrediente esencial que se ha ido perdiendo en las cocinas modernas.

Este ingrediente fundamental para conseguir un caldo excepcional es el hueso de rodilla o caña de vaca, también conocido como tuétano. Este hueso aporta una profundidad de sabor y una textura sedosa al caldo que ningún otro ingrediente puede igualar. El tuétano no solo enriquece el sabor, sino que también aporta nutrientes valiosos y una textura untuosa característica.

Ni morcilla ni espinazo

El espinazo de cerdo es un ingrediente que casi no se usa hoy en día. Pese a ser de lo más gustoso en los últimos tiempos, hemos dejado atrás esas matanzas populares que obligaban a quedarse todo el animal. En su lugar, nos guiamos por partes menos expuestas a riesgos que hoy en día parece que son una realidad.

Sin duda alguna, es el momento de tener en cuenta que estamos ante un tipo de ingrediente que, además de darle sabor, puede acabar convirtiéndose en una nueva realidad, de la mano de una serie de detalles que quizás hasta la fecha no hubiéramos tenido en cuenta. Es momento de apostar por ciertos elementos que quizás nos deben hacer estar pendientes de unos cambios que serán fundamentales.

Por lo que, del cerdo, vamos a aprovechar la parte del hueso de jamón que parece que se ha convertido en el gran olvidado. Sobre todo, si tenemos en cuenta que estamos ante una serie de elementos que hasta la fecha nunca pensábamos que fueran tan importantes. Por lo que, recuperamos ese hueso de jamón para hacer un caldo que le dará mil gustos a un cocido tradicional con algunas novedades destacadas que quizás no teníamos en cuenta.

Este es el truco de la abuela para que el cocido quede riquísimo

Una vez ya tengas un buen caldo de cocido hecho, preparar el resto del equipo que llega al plato es mucho más sencillo. Recuerda que sólo necesitas empezar a mezclar algunos detalles que hasta el momento no hubiéramos tenido en cuenta. Lo que necesitamos es poner en práctica un truco de la abuela que nos asegurará los mejores fideos en forma de sopa, además de unos garbanzos y unas carnes que hacen de este plato una joya de nuestra gastronomía.

Te proponemos que pongas en práctica este truco de la mano de un cocido madrileño auténtico que puedes preparar en casa y que seguro que te servirá para preparar un plato de esos que realmente impresionan en todos los sentidos. Atrévete a cocinar esta receta que puede acabar siendo la que marque una diferencia importante.

Ingredientes:

  • 300 gramos de garbanzos
  • 400 gramos de morcillo de ternera
  • 200 gramos de tocino
  • 150 gramos de gallina
  • 2 chorizos frescos
  • 1 morcilla de cebolla
  • 2 huesos de rodilla de ternera
  • 2 huesos de espinazo de cerdo salado
  • 150 gramos de fideos
  • 500 gramos de repollo
  • 2 zanahorias
  • 3 patatas
  • 3 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Cómo preparar el cocido madrileño:

    1. Remojar los garbanzos la noche anterior con suficiente agua. Al día siguiente escurrir y reservar.
    2. Verter en una olla grande 2 litros de agua y agregar sal.
    3. Poner en esta olla las carnes, los huesos y el tocino. Una vez que comience a hervir formará una espuma que hay que retirar, y es cuando se deben agregar los garbanzos, envueltos en una malla para retirarlos con facilidad una vez que estén cocidos.
    4. Cocinar de una a dos horas a fuego medio.
    5. Cocinar en otro cazo el repollo; una vez que esté listo trocear y saltear en una sartén con un chorrito de aceite y una pizca de sal.
    6. En otra cacerola cocinar las morcillas y los chorizos. Reservar.
    7. Pelar y trocear las zanahorias y las patatas y añadir al cocido cuando falte media hora para retirarlo del fuego.
    8. Cortar los dientes de ajo en rodajas finas y sofreír en una sartén con un chorrito de aceite; luego incorporar al cocido. Rectificar de sal.
    9. Retirar del caldo los garbanzos, las carnes y los huesos y colocar junto a los embutidos. También las verduras a parte.
    10. Dejar el caldo.
    11. Cuando falten 5 minutos añadir al caldo los fideos.
    12. Colocar todos los ingredientes en la mesa para que cada comensal se sirva.

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