¿El verano es buena temporada para comer marisco?
Los productos frescos son ideales en su temporada, pues tienen su máximo sabor. ¿El verano es buena temporada para comer marisco?
Existe un gran mito en cuanto al consumo de mariscos durante las distintas estaciones del año. Justamente, en los meses de verano, muchas especies están protegidas por una prohibición para la pesca. Esto se hace con el objetivo de amparar su reproducción, y con ello la subsistencia de estos animales marinos. ¿Qué hacen los negocios y establecimientos que comercian con frutos del mar? Se ven en la necesidad de refrigerar y congelar, previamente a la temporada de verano, grandes cantidades de mariscos. En definitiva, se trata de cubrir la demanda de consumo durante esos meses.
Una preocupación del pasado
Esta práctica de almacenar mariscos genera cierta inseguridad en los consumidores respecto a la frescura del alimento. De ahí surge la interrogante de si el verano es buena temporada para comer mariscos. En principio, se puede decir que este planteamiento era razonable en décadas pasadas.
Anteriormente no existían sistemas de refrigeración con tecnología avanzada, como las hay hoy en día. Gracias a estos avances, la gastronomía se ha beneficiado enormemente. La conservación de alimentos es una práctica segura, incluso si se trata de mariscos, cuyo cuidado es más delicado que el de otros alimentos.
La cadena de frío
Las altas temperaturas en el verano necesitan que se tenga mayor cuidado en la conservación de los mariscos, los cuales deben mantenerse siempre fríos. Es importante conservar las bajas temperaturas durante todo el proceso.
Los mariscos no deben estar más de 120 minutos fuera del refrigerador. De ser necesario, es preferible descongelarlos dentro de la nevera, en la zona menos fría. Pueden conservarse en perfecto estado hasta por un año si se congelan crudos en buen estado. Almacenarse por más tiempo podría disminuir su calidad en sabor, textura y propiedades.
El frescor de los mariscos
Los mariscos deben consumirse en su mejor estado. Para ello, se consideran tres indicadores importantes: olor, color e imagen. Es necesario evaluarlos todos para lograr un consumo seguro.
Se recomienda rechazar todo marisco que desprenda un intenso olor, pues, éste debe ser agradable al olfato. El color debe ser brillante, sin opacidad y su imagen debe mostrar buen estado. En caso de los moluscos, como ostras, almejas y mejillones, las conchas deben estar unidas, es decir, cerradas.
Los mariscos son aliados en una dieta saludable. Son ricos en proteínas, bajos en calorías y aportan una ración vasta en hierro y calcio. Resultan ser una excelente alternativa para incorporarlos a la ingesta alimenticia, al menos, 2 veces por semana, en cualquier temporada del año. El verano es buena temporada para comer mariscos, basta con ir a lugares que tengan una buena reputación o sea ampliamente recomendados.