Ensalada de hoja de roble y queso de cabra con miel de caña
Una variedad en ensalada nutritiva y con ingredientes sumamente naturales es la ensalada de hoja de roble y queso de cabra con miel de caña. Tres productos de alto valor energético y que combinan a la perfección. Este tipo de lechugas rizada es una de las más apreciadas por su sabor delicado y dulzón, por ser ligeramente crujiente y por lo tierna que resulta su textura. Además, al presentar hojas verdes y moradas, le dan un colorido al plato muy atractivo en su presentación.
La ensalada de hojas de roble va muy bien mezcladas con otro tipo de lechugas y se pueden aderezar con cualquier tipo de vinagreta y salsas como la de yogurt. La acompañamos con queso de cabra que es muy sabroso y con cierto acidez que combina a la perfección con el dulzor de la miel. Además ésta contiene enzimas que ayuda a su digestión así como numerosas vitaminas y antioxidantes. La combinaremos con manzana y nueces o piñones aunque para darle más personalidad a nuestra ensalada podríamos hacer variantes con higos, mangos, fresas o incluso kikos.
Para hacer nuestra ensalada de hoja de roble es suficiente con una pieza de este tipo de lechuga. La limpiamos bien si la hemos adquirido completa y no de bolsa directamente del supermercado. La escurrimos bien.
Hacemos una vinagreta con dos cucharadas soperas de balsámico de Módena, y la misma cantidad de miel de caña, tres de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto. Mezclamos bien el aliño y le ponemos 50 gramos de pasas.
Cuatro opciones para el queso de cabra. Lo podemos poner fresco, pasado levemente por la sartén, con harina o rebozado empleando un huevo batido y pan rallado. Las rodajas de dos centímetros aproximadamente las empanamos y las freímos en la sartén con un fuego fuerte. Las dejamos que se doren y cuando las sacamos, las ponemos en papel secante para que suelte todo el aceite de oliva virgen extra.
Lo mismo ocurre con los piñones o las nueces – entre 30 y 50 gramos – con las que vayamos a condimentar la ensalada de hoja de roble. Esto es, podemos pasarlos por la sartén para que queden tostados o bien ponerlos frescos sobre la lechuga y el queso de cabra.
Otra forma de incorporar la miel, si no la queremos hacer en la vinagreta es echarla en la sartén junto con el aove para freír las rodajas de queso de cabra.