El PSOE plantea una confluencia con Yolanda Díaz donde la fragmentación perjudique a la izquierda
Sánchez confía en aglutinar el voto de la izquierda para resistir el empuje del PP
Iglesias cree que Sánchez puede presentar al PSOE junto a Yolanda Díaz en diversas provincias
Yolanda Díaz y Podemos tienen 10 días para decidir si van juntos a las elecciones de 23J
Con las elecciones generales ya convocadas para el 23 de julio, Pedro Sánchez confía en aglutinar el voto de la izquierda para resistir ante un Partido Popular en claro ascenso y que según la mayoría de sondeos podría llegar a gobernar el Estado con Vox. Por eso, en Moncloa y en el PSOE, ya plantean como opción pedir a Yolanda Díaz que en ciertas provincias en las que el reparto de escaños es muy ajustado los socialistas y Sumar puedan ir en una misma candidatura para no dividir el voto a la izquierda.
Y es que la fragmentación del espacio progresista en las elecciones municipales y autonómicas ha marcado unos resultados perjudicados por la Ley Electoral para dicho espectro político. El principal damnificado ha sido el PSOE. Un escenario que podría repetirse en las generales del 23 de julio y con consecuencias aún peores si en un plazo de 10 días Díaz y Podemos no alcanzan un pacto para ir conjuntamente a dichos comicios.
El 28M decenas de miles de votos se han perdido por la norma que exige en muchas circunscripciones que las formaciones obtengan al menos un 5% de los votos totales para poder entrar en las instituciones. Algo que varios gobiernos de coalición liderados por el PSOE han tratado de modificar antes del 28M para, precisamente, evitar la desaparición de Podemos en la Comunidad Valenciana o Canarias. Un hecho que hace inviable la reedición del Pacto del Botánico y el Pacto de las Flores, respectivamente. Tampoco hay tiempo de cambiar la Ley Electoral antes del 23 de julio para que les beneficie.
De entre las 50 provincias españolas, sin tener en cuenta las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, sólo en siete de ellas se escogen diez o más escaños. Se trata de Madrid (37), Barcelona (32), Valencia (15), Alicante (12), Sevilla (12), Málaga (11) y Murcia (10). El resto de las 43 circunscripciones se reparten entre las 24 que pueden considerarse medianas, con un reparto de entre los 9 escaños de Cádiz y los 5 de Valladolid, y las 19 provincias pequeñas, que eligen cuatro actas o menos, como Albacete o Guadalajara. Estas últimas podrían decidir el futuro político del país.
En Ávila, Guadalajara, Segovia, Zamora –donde se reparten tres escaños–, Albacete, Cáceres, León, Salamanca –con cuatro escaños cada una–, Cantabria, Ciudad Real, Huelva, Jaén, Valladolid –cinco escaños–, Almería, Badajoz y Toledo –con seis escaños– es dónde se jugará la partida. En todas estas circunscripciones, excepto en Almería y Toledo que fueron dos, Vox logró un concejal a costa de Podemos en su crecimiento hasta ser la tercera fuerza política. De media la diferencia de votos entre los de Santiago Abascal y los de Ione Belarra, en estas provincias fue de diez puntos.
El castigo en Huesca
La ciudad de Huesca, en Aragón, es el mejor ejemplo del daño que la fragmentación de la izquierda ha hecho a los intereses de los partidos que la representan. El PP y Vox han robado el gobierno municipal al PSOE gracias a la presencia de varias candidaturas pequeñas, cuya dispersión del voto que hubieran aglutinado los socialistas habrían impedido la formación de un gobierno alternativo.
Podemos, Con Huesca, Cha y Equo, se han quedado a las puertas del ansiado 5% de límite que marca la representación en el Consistorio. Podemos y Con Huesca han obtenido un 4,47% cada formación; la Chunta Aragonesista y Equo han superado el 4,3%. Un total de 4.390 votos de los poco más de 24.000 que se han emitido en Huesca que no han obtenido representación. De ir en una misma lista esos 4.390 votos hubieran representado un grupo municipal de cinco concejales.