Vox afronta el 21D en clave rural: el 49,7% del voto se juega en núcleos de menos de 10.000 habitantes
Vox culpa al bipartidismo del PP y PSOE en Bruselas del declive del campo español
Es el partido que más medidas propone para el sector primario en su programa electoral

Si Santiago Abascal y Óscar Fernández en precampaña alternaron su presencia entre los municipios más y los menos poblados, como Navalmoral o Talayuela, el dúo de Vox «pateará» en las próximas semanas «toda Extremadura», poniendo como objetivo el campo español.
En los últimos días, Abascal se ha dejado ver, en sus redes sociales, en la dehesa extremeña montando a caballo y vestido con una capa de lana merina, pastoreando ovejas de esta raza autóctona.
Las imágenes han corrido como la pólvora, viralizándose a las pocas horas. El mensaje que las acompaña es claro: «La riqueza de Extremadura es su campo inmenso y las manos curtidas de sus ganaderos y agricultores. Pero es una riqueza amenazada y que el fanatismo verde quiere robar con políticas desconocedoras del campo, pensadas por urbanitas sectarios que quieren arrebatar la prosperidad a los hombres y mujeres del campo».
«Vamos a defender el futuro de Extremadura, junto a ellos, y vamos a desterrar de esa tierra la dictadura verde-burocrática-prohibicionista», añadía Abascal, pidiendo el voto por el «sentido común» –el lema de la campaña–.
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La formación afronta el campo como prioridad en las elecciones de Extremadura, donde la mitad de la población vive en pueblos que viven de la agricultura y la ganadería. La importancia económica del sector primario en Extremadura «está fuera de toda duda», señalan desde Vox, dado que representa el 7% del PIB regional y el 35% de la actividad industrial de la región.
Es ahí donde la formación tratará de arrebatar votos fundamentalmente al PSOE -en su disputa con el PP ante la debacle del imputado Gallardo- mostrando que son la «verdadera alternativa» al bipartidismo que «pactan en Bruselas» unas políticas que «está llevando a la ruina» al sector.
Extremadura cuenta con un total de 1.054.677 habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. La mitad vive en quince municipios, el resto está dispersada en 378 municipios de menos de 10.000 habitantes, dedicados la mayoría al campo.
Los socialistas cuentan con una implementación territorial muy fuerte en las comarcas y mancomunidades, controlando hasta el momento las diputaciones provinciales de Cáceres y Badajoz. Y es, precisamente, en estos pequeños municipios donde «puede cambiar todo», señalan desde Vox, con el objetivo de poner fin al «caciquismo» en Extremadura que gobierna en estas zonas dedicadas al campo.
¿Ventajas de ser negacionista climático?
La formación juega con ventaja en su crítica al establishment frente al resto de sus rivales, tras años de posicionarse en contra la Agenda 2030 y no asumir la teoría del cambio climático por «falta de base científica». Si hasta ahora el PP y el PSOE tildaban esta postura de «negacionista», el mote podría valer a Vox para penetrar precisamente en estos núcleos de población rural.
El sector primario a nivel nacional lleva desde febrero del año pasado muy movilizado y con unas posturas radicalmente opuestas a las políticas de Bruselas, denunciando el escaso margen de beneficio que les reportan sus productos, mientras las materias primas y el gasóleo no dejan de subir su coste.
La mayoría de agricultores y ganaderos exigen la derogación del Pacto Verde Europeo y las leyes que regulan el sector, como la del Cambio Climático, el Bienestar Animal, o la Política Agraria Común (PAC). Así como detener el tratado de Mercosur y revisar los acuerdos internacionales de Libre Comercio, que ven como competencia desleal a sus productos.
De ahí que la batalla ideológica de Vox en esta esfera «podría dar sus frutos entre los agricultores y ganaderos, hartos de la burocracia y la imposición de una normativa importada de la Unión Europea que les hace la vida imposible», señalan, dado que la formación es la única que ha apoyado abiertamente las protestas espontáneas de las tractoradas en toda España.
Desde Vox defienden que «las políticas actuales en materia de agricultura y ganadería sólo responden al terrorismo climático», siendo la única formación que lo incorpora como tal en su programa electoral.
Vox y el campo
De hecho, vecinos de Montijo, preguntados por la polémica sobre el supuesto machismo de Santiago Abascal –al que acusó la presidenta de Extremadura, María Guardiola– señalaban que el líder de Vox «no era machista sino un hombre del campo». «Es el único que nos defiende», explicaba un grupo de jóvenes agricultores que habían acudido para ver a Abascal en el encuentro con los medios.
Mientras que Abascal protagoniza la campaña en clave nacional, la figura de Jorge Buxadé también es reconocida entre el sector primario por su papel en la Eurocámara. De ahí que el eurodiputado esté teniendo también una presencia destacada en estas semanas, con encuentros más informales con vecinos –en bares a modo de tertulia–, donde se le puede ver tomando algo junto con el candidato Óscar Fernández.
Si se compara el programa electoral de las tres formaciones que se disputan el primer puesto en estas elecciones, el PSOE reduce su defensa al campo en sólo 15 medidas sin hacer ninguna mención explícita a estos problemas ni a la PAC. Por su parte, el PP sí que hace mención a la PAC, al impulso del regadío en Tierra de Barros, así como revisar las zonas ZEPAS –puntos comunes a Vox– pero evita posicionarse contra el Pacto Verde que tampoco nombra en sus 42 puntos sobre «el mundo rural compatible con el cuidado con el medio ambiente».
Por su parte, Vox ataca frontalmente al bipartidismo «por pactar siempre juntos desde Bruselas», al que culpa de «impulsar todas las políticas progres que criminalizan a la Extremadura rural, a sus gentes, sus tradiciones y oficios». La formación verde dedica hasta 70 medidas de su programa a revertir la situación, «alejada de los delirios medioambientales y climáticos», haciendo suyo el lema de las tractoradas sobre «quienes mejor saben proteger el medio natural son, precisamente, quienes lo trabajan».