Potito de pollo con verduras casero

Los potitos son cremas y purés creados a partir de verduras y carnes trituradas y convertidas en alimento. Poseen una textura que otorga una consistencia ideal para niños. Por su exquisito gusto y sus altos nutrientes se ha convertido también en una opción excelente para los adultos.
Una de las ventajas de los potitos, es que se pueden elaborar de diversos gustos a través de la elección de diferentes verduras y carnes. Son recetas de fácil y rápido cocinado.
Asimismo, se sugiere no conservar los potitos por más de 48 horas en refrigeración por lo que cada adulto deberá elaborar la cantidad de potitos justa para alimentarse o alimentar al bebé, por dos días como máximo.
Los potitos son un plato de energía pura, gracias a que los vegetales y la carne aportan muchas vitaminas, potasio, fósforo, calcio, sodio y hierro. Asimismo, son una forma de variar el modo en que consumimos carnes y verduras.
A la hora de realizar potitos para los más pequeños, se recomienda no agregar ningún condimento a la mezcla. Sin embargo, sí es recomendable añadir grasas de saludables, como el aceite de oliva, que otorgará un sabor diferente a la preparación.
Utilizando aceite de oliva obtenemos un producto muy saludable, que aportará todas sus propiedades, importantes para prevenir enfermedades cardiovasculares y reducir los niveles de colesterol malo.
La leche que se recomienda agregar a la preparación, además de otorgar todos los beneficios que de ella se extraen, aportará a la sopa un valor agregado de suavidad en su gusto.
Ingredientes:
Cómo preparar un potito de pollo con verduras:
- Lavar bien las verduras.
- Cocinarlas al vapor para que tengan el máximo de sabor.
- Añadir el pollo en trozos pequeños. La duración no debe ser elevada, aunque la cocción depende de cada ingrediente.
- Después de que se haya cocinado la verdura y el pollo, agregar una cucharada de leche y triturar todo el contenido hasta que se logre un puré líquido, pero con textura.
- Añadir aceite de oliva al gusto.
- Servir con una temperatura templada, ni demasiado caliente porque podría lastimar al niño, ni muy frío.
- Guardar el contenido restante en un recipiente con tapa y conservar en la nevera.