Ni tomate ni pimienta: ésta es la receta original de la salsa brava que comes en las patatas de los bares

Toma nota de esta receta de salsa de patatas bravas casera
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La receta original de la salsa brava que comes en las patatas de los bares es uno de los básicos que no puede faltar en tu cocina. Poder preparar esta tapa para tus invitados o simplemente darte un capricho es un placer en todos los sentidos. No tendrás que recurrir a las salsas ya preparadas. Son un elemento que pueden acabar siendo un error en muchos aspectos, ya que no tienen la capacidad de modificar este picante que es esencial.
También debemos tener en consideración que estamos ante un elemento que puede acabar siendo la antesala de algo más, de un cambio de tendencia que puede ser clave en estos días. Lo casero siempre es mucho mejor, dispone de los elementos necesarios para hacernos descubrir lo mejor de una combinación de sabores y de ingredientes que pueden acabar siendo los que nos marcarán de cerca. Esta mezcla de sabores que pueden acabar siendo los que nos afectarán de lleno, unas buenas braves con una cerveza fresca es quizás una de las mejores opciones en estos tiempos que corren, barata y fácil de preparar, no se puede pedir nada más.
Ni pimienta ni tomate
La salsa brava que hacemos en casa quizás sea la más rápida del mundo, una mezcla de kétchup y mayonesa con un toque de tabasco al gusto. No es una mala opción, si queremos una salsa en la que dipear las patatas, pero no es una salsa brava auténtica.
Tenemos que empezar a pensar en una forma de preparar esta deliciosa salsa que acabe siendo la mejor opción posible en estos días que tenemos por delante. Son días de cambios y de visualizar una gestión totalmente diferente de esta cocina que cada vez quiere y debe ser más natural.
Este tipo de recetas las podemos aprovechar para descubrir lo mejor de un cambio de tendencia que puede ser clave en estos días que hasta la fecha desconocíamos. Es una buena opción si lo que queremos es hacernos con una mezcla de ingredientes y sabores que quizás debes tener en consideración.
Son tiempos de aprovechar cada mezcla de ingredientes de una manera muy diferente. Con ciertos sabores y detalles que van de la mano y que pueden acabar marcando una diferencia importante. Este tomate o pimienta que añades a una salsa convencional, quizás no sea suficiente.
Esta es la receta original de salsa brava de las patatas de los bares
Los bares y restaurantes de nuestro país son grandes expertos en conseguirnos una combinación de ingredientes y de sabores que pueden acabar siendo los que marcarán estos días. Es momento de degustar lo mejor de una salsa de esas que impresionará a más de uno.
Ingredientes
Preparación
- Los pimientos chiles o jalapeños los puedes encontrar ya en cualquier supermercado, en caso de no encontrarlos los sustituiremos por guindillas.
- Comenzamos poniendo a remojo con 60 ml de agua tibia el pimiento choricero para que se hidrate, añadirle pimiento choricero al la salsa brava casera le da un sabor especial.
- En una cazuela añadimos aceite de oliva extra unos 80 ml. Pica la cebolla y los ajos y añade a la cazuela para que se vayan sofriendo.
- Añade la carne del pimiento choricero, la punta de jamón, el tomate tamizado, el pimentón y el comino.
- Dejar que se cocine a fuego lento durante 10 minutos.
- Transcurrido el tiempo de cocción, apagar el fuego, retirar el hueso de jamón y triturar la salsa con la batidora para dejarla con una textura fina.
Sólo te quedará preparar las patatas fritas, uno de los extras de esta receta que debe ser de buena calidad, peladas y cortadas al momento, para conseguir aquello que deseamos.
- 4 patatas medianas
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal al gusto
- Pimienta (opcional)
- Especias al gusto (páprika, ajo en polvo, romero, etc.)
Preparación
- La elección de las patatas es fundamental. Opta por patatas de buena calidad, que sean firmes y sin manchas. Lávalas bien bajo el agua corriente para eliminar cualquier residuo de tierra. Si prefieres, puedes pelarlas, aunque la piel añade un extra de textura y sabor.
- Corta las patatas en tiras de aproximadamente 1 cm de grosor. Si quieres que queden aún más crujientes, puedes optar por cortarlas en forma de «fritura» más fina, pero ten en cuenta que el tiempo de cocción variará. Asegúrate de que todas las tiras tengan un tamaño similar para que se cocinen de manera uniforme.
- Este es uno de los trucos más importantes para conseguir que tus patatas queden crujientes: el remojo. Coloca las tiras de patata en un bol con agua fría y déjalas reposar durante al menos 30 minutos. Esto ayudará a eliminar el exceso de almidón, lo que a su vez contribuirá a que queden más crujientes al hornearlas.
- Una vez que las patatas han estado en remojo, es fundamental secarlas bien. Saca las tiras de agua y colócalas sobre un paño limpio o papel de cocina. Sécalas por completo, ya que el exceso de humedad impedirá que se doren adecuadamente en el horno.
- En un bol grande, mezcla las patatas secas con el aceite de oliva, la sal y las especias que elijas. Asegúrate de que todas las patatas queden bien cubiertas con la mezcla. El aceite ayudará a que se doren y queden crujientes en el horno.