Cómo evitar que la comida quede salada
En cuántas ocasiones nos hemos echado las manos a la cabeza al notar que una comida que habíamos estado preparando durante horas nos ha quedado demasiado salada. El primer impulso es abrir el cubo de la basura y sacrificar nuestra criatura culinaria en favor de un par de huevos fritos o lo primero que pillemos en el congelador.
Aunque en algunas ocasiones nos encontremos ante un plato terminal por sobredosis de sodio, sin solución alguna, en otras podremos atajar el problema y evitar que las comidas saladas aplicando algunos trucos.
En primer lugar, podemos exprimir un limón y añadirlo poco a poco a nuestro plato salado. Añadiendo este toque ácido equilibraremos los sabores del plato, pero tenemos que tener cuidado con no pasarnos. Si echamos demasiado zumo, este taparía todos los sabores y nos encontraríamos ante un nuevo problema, cómo evitar que la comida quede ácida, para el que todavía no hemos preparado una entrada con posibles trucos y soluciones.
Otra posibilidad sería la de añadir un poco de caldo sin sal al plato. Este truco funcionaría con aquellas elaboraciones que contienen un poco de fumet, caldo de carne o de ave. Si añadimos agua, tenemos que tener en cuenta que los sabores se diluirían bastante, algo que no sucedería echando el caldo. Al añadirlo, la mezcla se volverá bastante más líquida, por lo que podríamos espesarla utilizando harina fina de maíz disuelta previamente en un poco de agua fría o incluso manteca.
Si por ejemplo, nos encontramos ante una preparación a base de carne acompañada de otros ingredientes y el nivel de sal resulta imposible de camuflar, podemos tirar todo el acompañamiento y lavar la carne con agua o caldo sin sal.
La patata es otra buena herramienta ante los guisos o estofados pasados de sal. Tenemos que añadirlas en gajos y estos absorberán parte de nuestro quebradero de cabeza salado. También podemos echar unos trozos de pan o unas cucharadas de leche al plato.
También podemos equilibrar el sabor salado con especias aromáticas o aceite de oliva. Otro truco consiste en introducir palillos de madera en la comida durante unos diez minutos al fuego, que absorberán parte del sabor a sal. Tenemos que tener cuidado y controlar cuántos palillos echamos y retirarlos todos antes de comer nuestra receta.
Por último, podemos añadir más cantidad de todos los ingredientes que componen la receta. Eso sí, el número de raciones se ampliará, aunque siempre puede ser una buena excusa para invitar a los amigos o a la familia a degustar nuestro plato rescatado.