Receta de Crumpets: pan británico sin horno, ideal para las mañanas

El crumpets es un pan plano inglés que no necesita horno y el resultado son unas tortitas similares a las americanas o al pan naan, tiernas y esponjosas. Este es un pan perfecto para el verano y un riquísimo desayuno para comer caliente, tibio o frío, especialmente en sándwiches.

Tradicionalmente, los crumpets se sirven con mantequilla y diferentes mermeladas o miel, pero también pueden ser sustitutos del pan a la hora del almuerzo. Puedes rellenar el interior con encurtidos, especias, y preparar deliciosos crumpets tipo emparedado, para llevar a un paseo o a la playa.

Ingredientes:

Preparación:

1. En primer lugar, mezcla la levadura con la leche y deja reposar durante 5 minutos.
2. Aparte, en un bol mezcla el resto de los ingredientes con la ayuda de unas varillas. Te quedará una mezcla densa que deberás dejar fermentar a temperatura ambiente.
3. Tapa el bol con film, sin que toque la masa. En una hora aumentará al doble su tamaño.
4. Calienta una sartén antiadherente y pon un poco de mantequilla, para que la masa no se pegue.
5. Si quieres puedes usar los aros, si quieres hacerlos todos con la misma forma. En este caso es conveniente que también untes con mantequilla el interior de los aros.
6. Usa un cucharón completo de masa y cocina a fuego lento hasta que se empiecen a ver pequeños agujeritos en la parte superior. En ese momento tienes que darles vuelta con la ayuda de una espátula.
7. Cocina durante 1 minuto para que se dore ligeramente y se termine de cocinar la masa en su interior.
8. Retíralos con la espátula y sírvelos bien caliente.

Variaciones de la receta de crumpet

No solo los británicos acostumbran comer crumpets, en Irlanda y Australia también se consumen, aunque con algunas variantes. La característica que se mantiene es la utilización de los aros de metal, mientras que los ingredientes tienen algunas modificaciones.

Al hacer crumpets sin el molde no se consigue mucha altura, pero no cambia el sabor y quedan con un aspecto más casero. Lo ideal es consumirlos inmediatamente después de haberlos preparado, aunque también es posible dejarlos enfriar, congelarlos y usar la tostadora para volverlos otra vez comestibles.

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