Pollo al ajillo receta casera de Karlos Arguiñano

Pollo al ajillo con la receta casera de Karlos Arguiñano, un clásico de la cocina española. Aquí te dejamos los pasos.
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Pollo a la miel
El pollo al ajillo receta tradicional es uno de esos platos que nunca pasan de moda porque combina sencillez, aroma y un sabor profundo que recuerda a las comidas familiares de toda la vida. Karlos Arguiñano lo ha preparado en numerosas ocasiones en televisión, mostrando que no hace falta complicarse para disfrutar de un guiso sabroso, económico y lleno de personalidad. La clave está en usar ingredientes humildes, darles cariño y respetar los tiempos para que el pollo quede jugoso por dentro y dorado por fuera.
Quienes buscan un plato rápido para diario encuentran en el pollo al ajillo fácil y rápido Arguiñano una solución perfecta. No requiere técnicas avanzadas ni ingredientes extraños; basta con un buen pollo troceado, varios dientes de ajo, aceite de oliva, perejil fresco, sal y un toque de vino blanco. Arguiñano suele insistir en que los ajos deben quedar laminados gruesos para que no se quemen y aporten todo su aroma a la sartén. Esa fragancia es la que da carácter al guiso y convierte algo tan sencillo en un plato memorable.
Modo de preparación
Si quieres aprender cómo hacer pollo al ajillo casero siguiendo el estilo del cocinero vasco, empieza por dorar los trozos de pollo en una cazuela amplia con aceite caliente. El objetivo es sellarlos bien para conservar sus jugos. Cuando la piel esté crujiente, añade los ajos laminados y deja que se cocinen lentamente para que perfumen el aceite sin llegar a tostarse demasiado. A continuación, incorpora un vaso pequeño de vino blanco y deja que evapore el alcohol; este es uno de los trucos preferidos para obtener un pollo al ajillo con vino blanco Arguiñano equilibrado, aromático y con una salsa ligera que invita a mojar pan.
El pollo debe cocinarse a fuego medio unos 25 minutos para que quede tierno. Durante ese tiempo, se puede mover ligeramente la cazuela para que se ligue la salsa sin romper los trozos. Un toque final de perejil fresco picado realza el conjunto y aporta color. Servido con unas patatas panadera, arroz o una simple ensalada verde, el resultado es un plato completo y reconfortante.
Recetas e ideas similares
El pollo al ajillo es, en esencia, un homenaje a los platos que se preparan sin prisa pero sin complicación. Con ingredientes básicos y siguiendo el estilo sencillo y cercano de Arguiñano, este guiso se convierte en una receta infalible que gusta a niños y adultos por igual. Una vez lo pruebes, lo añadirás sin duda a tu recetario semanal.