Una decena de guardias civiles heridos y vehículos policiales destrozados en una rave ilegal en Albacete
Los agentes denuncian el caos operativo, la falta de previsión y el abandono que están sufriendo en este dispositivo

Una macro-rave ilegal que se está celebrando en Hellín (Albacete) desde este martes por la noche con total impunidad se ha saldado hasta el momento con una decena de guardias civiles heridos y los vehículos policiales destrozados. Los agentes llevan ya este mediodía 13 horas seguidas trabajando y se encuentran totalmente desbordados ante la falta de material y exhaustos.
Ha sido la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la mayoritaria, la que ha dado la voz de alarma, denunciando la «grave falta de previsión, coordinación y protección” sufrida por los agentes desplegados en el dispositivo policial establecido para impedir esta fiesta de Nochevieja que finalmente se está celebrando en el paraje del pantano del Cenajo, como estaba previsto. Falta de previsión que han pagado los guardias civiles, que han sido atacados con una violencia extrema: con palos y piedras.
La Guardia Civil tuvo conocimiento la semana pasada de la convocatoria de una rave a nivel europeo para celebrar el fin de año, sin tener constancia del punto exacto de la celebración, aunque sí la zona aproximada. Como medida preventiva y disuasoria se desplegó un dispositivo compuesto por un módulo de intervención rápida (MIR) del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de Valencia sin material antidisturbios, que se vio rápidamente desbordada.
Horas después fue reforzado con otra MIR de GRS de Sevilla –otros 18 efectivos–, la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de Albacete y patrullas de Seguridad Ciudadana. Sin embargo, ni siquiera el apoyo de todas estas unidades logró frenar la asistencia a la rave.
El dispositivo se estableció, entre otros puntos, en la CM-412, donde comenzó a llegar una cantidad creciente de vehículos vinculados a la rave. En un primer momento se logró contener la situación, pero conforme aumentó el número de asistentes, el ambiente se fue tensando peligrosamente.
Fueron desplegados sin material
«La situación se tornó crítica al comprobarse que los efectivos del GRS no disponían de material antidisturbios, ya que el operativo estaba planteado únicamente como disuasorio», explica a OKDIARIO Diego Madrazo, secretario de relaciones institucionales de la AUGC.

A ello se sumó que uno de los pelotones iniciaba permisos de Navidad a las 00:00 horas, por lo que abandonó el servicio y los agentes restantes se quedaron en clara inferioridad numérica frente a los asistentes.
Tras varias horas retenidos, los asistentes decidieron romper el control por la fuerza, iniciando ataques con piedras, palos, que causaron graves daños a vehículos oficiales y una decena de agentes resultaron heridos.
Ninguna detención
Las agresiones más graves se produjeron «en torno a la 1:00 de la madrugada, cuando varias patrullas fueron emboscadas, viéndose obligadas a replegarse para evitar una tragedia mayor». «Dos patrullas llegaron a quedar acorraladas y tuvieron que huir de forma desesperada», detalla Madrazo, con gran indignación, destacando también que el suceso se ha saldado, de momento, sin ninguna detención, «lo que refuerza la sensación de impunidad».
Ante este colapso operativo, se ha ordenado el desplazamiento urgente de efectivos de la USECIC de Madrid y de las comandancias de Castilla-La Mancha, que se suman a los refuerzos ya enviados desde Murcia y Albacete.
Crisis de seguridad pública
La AUGC destaca que lo que comenzó como un operativo preventivo se ha convertido en una crisis de seguridad pública que ha desbordado los recursos locales, obligando a un despliegue de emergencia de unidades de toda España para intentar contener este caos.
La situación es tan crítica que, ante la insuficiencia del dispositivo inicial, se han tenido que desplazar de urgencia efectivos de la USECIC de Madrid y de la USECIC de Castilla-La Mancha, que se suman a los refuerzos ya enviados desde la USECIC de Murcia y Albacete.
Para la AUGC, este despliegue de parches, realizado sobre la marcha y sin planificación previa, evidencia que «la cadena de mando subestimó gravemente la magnitud del evento, dejando a los primeros intervinientes –agentes de Seguridad Ciudadana y del GRS– sin equipo antidisturbios, vendidos ante una masa hostil».
Gestión nefasta
Los agentes intervinientes califican la gestión de los recursos humanos de «nefasta». Testimonios recabados por AUGC desde la zona cero del conflicto describen un escenario de fatiga extrema y desorganización.
«A las dos de la tarde llevo ya 13 horas de servicio seguidas, me quedan tres para llegar a mi casa y ahora pretenden que entremos los días 2, 3 y 4 y no sabemos horario ni cuál va a ser el cambio de servicio», declara uno de los agentes desplegados.
Esta incertidumbre, sumada a la peligrosidad del servicio, ha creado un clima de indignación entre los efectivos. «Se está exigiendo a los agentes que se enfrenten a situaciones de violencia sin haber garantizado su descanso mínimo ni dotarlos de los medios coercitivos adecuados desde el primer momento», denuncia Diego Madrazo.
Para la AUGC lo que está ocurriendo en esta macro-rave ilegal no es un hecho fortuito, sino la consecuencia directa del «abandono institucional y la falta de medios que sufre la Guardia Civil», a la que sigue negándosele el reconocimiento de profesión de riesgo.
«Es inaceptable que se exponga la integridad física de los agentes y se altere su conciliación familiar de esta manera por una planificación deficiente», denuncia la AUGC. Y exige a la Dirección General de la Guardia Civil y al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, explicaciones inmediatas, la depuración de responsabilidades por este «operativo fallido» y la garantía de que los agentes desplegados contarán con los medios de protección y los descansos que la ley y la seguridad exigen.
«Esperamos que no haya más compañeros heridos y que esto no acabe en una tragedia», concluye Madrazo.