Marlaska condena a la Guardia Civil a coches viejos mientras renueva los de la Policía con renting
Los guardias civiles denuncian que esto es una muestra más del "abandono" del ministro a la Benemérita

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, obliga a los guardias civiles a trabajar con coches viejos, mientras que para la Policía Nacional apuesta por el renting, que supone el uso de un coche nuevo o seminuevo durante el tiempo pactado. Para la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la mayoritaria, esto es una muestra más del «abandono» de Marlaska a la Benemérita.
Según revela un reciente informe del Tribunal de Cuentas sobre la planificación y gestión de inversiones y equipamientos de Interior, la Benemérita mantiene un modelo basado principalmente en la propiedad, y al cierre de 2024 tenía 1.894 turismos (un 21%) y 1.644 todoterrenos (26%) «con más de 300.000 kilómetros o su antigüedad era superior a 15 años». Una situación ante la que se ha alzado el Tribunal de Cuentas instando a «valorar su reemplazo a tenor de su antigüedad, kilometraje o estado de conservación».
Además, el órgano fiscalizador subraya que la Inspección de Personal y Servicios de Seguridad, órgano dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad, ha venido reiterando en sus informes que «la antigüedad y el kilometraje de los vehículos distaba mucho de ser óptima para el servicio». Así lo ha concluido Inspección en más del 90% de los informes emitidos, en un total de 70.
El Tribunal de Cuentas revela, asimismo, en su último informe, número 1.655, que apenas un 8% de los vehículos del Instituto armado son adquiridos por arrendamiento. En cambio, el renting representa ya al 19% en la Policía Nacional.
Gestión ineficaz
«Mientras que en la Policía Nacional se apuesta por el renting, que es más eficiente para reducir costes de reparación y mantener una flota moderna, la Guardia Civil sigue obsesionada con la propiedad de los coches, lo que acarrea en muchas ocasiones reparaciones antieconómicas», declara a OKDIARIO Diego Madrazo, secretario nacional de relaciones institucionales de la AUGC.
Según informa, la Benemérita apoya esta decisión en que el valor venal residual compensa el coste. Sin embargo, la AUGC insiste en que «esto condena al Cuerpo a estirar la vida útil de los vehículos más allá de lo razonable, gastando presupuestos millonarios en mantenimiento correctivo de una flota envejecida».
Así las cosas, la AUGC denuncia que con Marlaska y la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, está habiendo una «gestión ineficaz que lastra al Instituto armado», y exige que se modernice este modelo de gestión que deja a la Benemérita con peores medios que la Policía Nacional y supone una «doble velocidad» en la seguridad del Estado, ya que «mientras la Policía Nacional apuesta por la eficiencia, la Guardia Civil se ahoga en la burocracia y la falta de recursos».
De cualquier modo, la situación tampoco es halagüeña en la Policía Nacional, donde el 35% de los vehículos tiene más de 100.000 kilómetros y en cuanto a su antigüedad, el 50% del parque móvil de las unidades tienen más de 5 años y un 25% más de 15 años. Además, como ha revelado recientemente este diario, se están adquiriendo por renting híbridos enchufables para comisarías sin puntos de carga.
Situación crítica en Tráfico
Diego Madrazo es guardia civil de Tráfico, una especialidad que se encuentra «en una situación crítica por falta de vehículos». Y con coches de hasta 500.000 kilómetros –unas cifras absolutamente incompatibles con un servicio policial especializado en seguridad vial–, y vehículos con averías constantes, lo que compromete tanto la seguridad de los agentes como la de los usuarios de la carretera.
La AUGC afirma que tanto Marlaska como el director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, mantienen desde hace años «una política reposición de flota totalmente insuficiente». Además, señala el hecho de que la Dirección General de Tráfico imponga obligaciones a los ciudadanos para la sustitución del parque móvil por vehículos menos contaminantes y más eficientes, pero en la Guardia Civil sigan con un parque móvil envejecido.
Mientras que los Mossos d’Esquadra han estrenado en 2025 coches subvencionados por el Ministerio del Interior, el Departamento de Marlaska sólo ha comprado la mitad de los que prometió a los guardias civiles de Tráfico para este año, que encima ni se los ha entregado todavía.
De esta forma, Interior «está asfixiando a esta agrupación quitándole capacidad operativa», según denuncia la asociación mayoritaria de guardias civiles, que recalca «el desprecio al que somete el ministro a quienes velan por la seguridad de los ciudadanos».
A este respecto, cabe recordar que aloja en barracones con chinches a la élite de la Guardia Civil durante sus prácticas anuales y que castiga a una treintena de guardias civiles con duchas frías alegando que la comandancia donde trabajan «no dispone de crédito presupuestario para la compra de un termo nuevo».
A esto se suma, entre otras cosas, que Marlaska ha dejado a los agentes con un curso a medias por falta de dinero, pero gasta 300.000 euros en regalos; y que rechaza aumentar el plus de riesgo de los agentes de Tráfico recortado por el ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, pese a ser la unidad con más riesgo y más agentes muertos en acto de servicio, con hasta 346 fallecidos.
La AUGC reclama un cambio de estrategia urgente, que pasa por «profesionalizar la gestión con personal técnico, sanear el parque inmobiliario desechando edificios ruinosos y renovar la flota de vehículos con criterios de eficiencia económica».
«La calidad humana y profesional del guardia civil es incuestionable. Somos la institución más valorada y nuestros agentes están altamente cualificados, pero nos mandan a la calle con herramientas de tercera división», señala el secretario nacional de relaciones institucionales de la AUGC, apuntando que para los guardias civiles es «humillante» ver cómo las policías autonómicas, e incluso las locales, los adelantan «con mejores vehículos, chalecos más modernos y tecnología punta», mientras ellos siguen estirando la vida útil de material obsoleto.
«No pedimos lujos, pedimos dignidad y eficacia. No puede ser que un guardia civil tenga que patrullar en un vehículo con 400.000 kilómetros o salir al mar en una zódiac remendada mientras se exige una seguridad de primer nivel. Esa brecha entre la excelencia de nuestra plantilla y la precariedad de nuestros medios es insostenible. El Ministerio nos trata como la policía barata del Estado y eso se tiene que acabar», concluye Madrazo.