Receta de sardinas en papillote

Las sardinas en papillote son uno de los platos característicos de la cocina de la costa  Asturiana. De hecho, este alimento animal es tan famoso en Asturias que allí existe un festival dedicado exclusivamente a él. El tradicional Festival de las Sardinas se celebra todos los primeros de Agosto en Candás. Durante ese día, toda la localidad se impregna con el aroma de las sardinas a la plancha. Los cocineros locales sacan planchas gigantes y cocinan en los tenderetes del paseo de San Antonio. Lo mejor de trabajar con esta carne marina, es que podemos tener grandes resultados utilizando pocos ingredientes. Incluso podríamos utilizar solo sal y limón y tener una comida con muy buen sabor.

La sardina es un alimento muy sano, proteínico y recomendable para todo tipo de personas. Su alto contenido en ácidos grasos naturales le convierte en un excelente sustituto de grasas malas y carnes de res. Las sardinas nos proveen de vitaminas B6, B12, E y D; en cuanto a minerales, este pescado nos facilita la obtención de magnesio, fosforo, hierro, potasio y zinc. La versatilidad de esta receta radica en lo mucho que se puede hacer con pocos ingredientes. Veamos cómo preparar el secreto mejor guardado de Asturias.

Ingredientes:

Preparar sardinas en papillote:

1. Precalentar el horno a 200 grados centígrados. Este debe estar bien caliente antes de introducir las sardinas.
2. Lavar las sardinas y secarlas con papel de cocina. Cuanta menos humedad exterior tengan, mucho mejor.
3. Trocear cuatro láminas de papel aluminio. En cada una deben caber entre cuatro y cinco sardinas.
4. Pincelar los cuadros de aluminio con el aceite de oliva extra virgen. Encima de las láminas, colocamos las sardinas. Agregamos sal, laurel y tomillo y formamos paquetes que recubran los pescados en su totalidad.
5. Colocar los paquetes de papillote en el horno para la cocción. Estos durarán unos 15 o 20 minutos expuestos al fuego.

Como hemos visto, es muy sencillo preparar sardinas en papillote. Este plato no requiere de muchas especias y suele tener un sabor muy sobrio pero fácil de disfrutar. Un detalle que no debemos pasar por alto, es que la sardina no necesita demasiada sal. Además, cuanto más delgadas y pequeñas, menor es el tiempo de cocción. Limón al gusto y un vino blanco frío serán los acompañantes ideales.