Tarta de natillas con queso fresco, receta dulce y deliciosa

Podría decirse que las natillas son uno de nuestros dulces más tradicionales. No solo se ofrecen en los restaurantes, sino que en cada casa hay una cierta manera de hacerlas, que les aportan un sabor peculiar y que nos recuerda a nuestra madre, nuestra abuela y todas esas tardes infantiles en que hacíamos un paro en los juegos y merendábamos con este postre. La tarta de natillas con queso fresco es una elaboración muy interesante –y deliciosa– de este dulce tradicional.

Se sospecha que el origen de las natillas se encuentra en los primitivos conventos de monjas, que echaban mano de ingredientes humildes y económicos, como la leche y los huevos, para elaborar alimentos nutritivos. Otra idea apunta a la cocina francesa en el Renacimiento. La verdad no importa mucho, salvo que también dio origen a otros dulces nuestros tradicionales, como la crema catalana.

Ingredientes:

Cómo preparar la tarta de natillas con queso fresco:

1. Preparar las natillas: en un cazo poner 500 ml de leche con la rama de canela, la corteza del limón y la vaina de vainilla abierta. Llevar a ebullición y apartar del fuego.
2. Dejar infusionar 20 minutos, colar.
3. En un cuenco batir las yemas de huevo con 75 gramos de azúcar, incorporar lentamente la leche infusionada, agregar la maicena y seguir batiendo hasta integrar.
4. Remojar la gelatina por 5 minutos. Escurrirla.
5. Calentar en baño maría removiendo constantemente durante 10 minutos, hasta que espese. Incorporar la gelatina y mezclar bien. Dejar templar.
6. En una cacerola mezclar la nata y 200 ml de leche, agregar el azúcar, disolver bien y calentar, pero no mucho.
7. Incorporar la natilla e integrar bien las dos cremas. Verter en moldes individuales y enfriar un rato en la nevera, y luego pasar al congelador.
8. Para servir, colocar un trocito de queso fresco sobre cada ración, fundir el chocolate y bañar con el topping.

Si te gustan los dulces poco habituales, entonces la tarta de natillas con queso fresco es para ti. Puedes adornar con hojitas de menta o con fresas, que le van muy bien tanto al queso como al chocolate. Ten en cuenta que el chocolate deberá estar derretido para que se derrame sobre la tarta y tenga una deliciosa textura.