Queso de kéfir: beneficios y cómo hacerlo en tu casa
Aquí te contamos los beneficios de consumir estos probióticos y cómo hacer queso de kéfir casero para potenciar tu nutrición. ¡Sigue leyendo!
El kéfir ha ganado popularidad en los últimos años como uno de las mejores fuentes naturales de probióticos. Tanto el kéfir de leche como el de agua ofrecen numerosos beneficios a nuestra salud, principalmente a nivel digestivo. Además, permiten la elaboración de numerosas recetas nutritivas, como el queso de kéfir.
Kéfir de leche: ¿qué es y cómo se obtiene?
El kéfir de leche es una bebida láctea fermentada similar al yogur, aunque resulta ligeramente más ácida y liquida. A partir de esta bebida fermentada, se pueden elaborar numerosas recetas, entre ellas diferentes tipos de queso de kéfir.
Esta variedad de kéfir se elabora añadiendo a la leche unas “bolitas”, conocidas como gránulos de kéfir de leche o búlgaros, que resultan parecidas a los ramilletes de la coliflor. Estos gránulos son un pequeño ecosistema vivo, que contienen diferentes colonias de bacterias y levaduras, así como caseína.
Se trata de microorganismos probióticos, que ayudan a mantener una microbiota intestinal equilibrada. Las bacterias más comunes en los búlgaros pertenecen a las “familias” de los lactobacillus, bifidobacterium lactococcus y streptococcus.
Los beneficios de incluir probióticos en tu dieta
Los probióticos son microorganismos vivos con la capacidad de proteger la microbiota intestinal, ayudando a preservar las “bacterias buenas” que la conforman. Las principales fuentes naturales son los alimentos y bebidas fermentadas, como el kéfir, pero también es encontrarlos en suplementos.
Cuando las colonias bacterianas del intestino se desequilibran, desarrollamos síntomas de problemas digestivos, como gases, diarreas o estreñimiento. Además, estos desequilibrios permiten la proliferación de bacterias patógenas.
En este sentido, los probióticos aparecen como buenos aliados para fortalecer la salud intestinal y la inmunidad. Su consumo regular se asocia al equilibrio de la microbiota intestinal, la prevención de trastornos gastrointestinales y la reducción del riesgo de patologías infecciosas y cardiovasculares.
¿Cómo preparar queso de kéfir casero?
Lo primero es conseguir los búlgaros. Tradicionalmente, los gránulos de kéfir se regalan y puedes encontrar personas donándolos en las redes sociales. Pero, también es posible adquirirlos en tiendas de productos naturales (generalmente, deshidratados).
Ya con los búlgaros en tu casa, deberás seguir estos pasos para preparar tu queso de kéfir casero:
- En un frasco o recipiente limpio y con tapa, añadir los búlgaros y una cantidad suficiente de leche. Para que tengas una idea, a cada 100 gramos de búlgaros, necesitarás unos 400 mililitros de leche.
- Dejar reposar lejos de la luz solar al menos 24 horas. Cuanto más tiempo dejes la leche fermentando con los gránulos, más ácido y espeso resultará tu kéfir.
- Pasadas las 24 horas, colar la preparación para separar los búlgaros de la bebida fermentada. Los gránulos regresan al mismo frasco o recipiente, en el que agregarás más leche para mantenerlos vivos.
- Ya el kéfir, lo colocarás en un colador de tela con un recipiente debajo, para separar el suero de la cuajada.
- Pasado algún tiempo, verás que en el colador queda una especie de crema. A esta crema, puedes agregar sal y especies al gusto para usarla como queso de kéfir untable.
A partir de ahí, si quieres elaborar un queso de kéfir más firme, deberás prensarlo por unas 12 horas o hasta que la crema suelte casi todo el suero. Dependiendo del tiempo de prensado, puedes obtener un queso fresco, o incluso una ricota.
Además, si quieres preparar un queso de kéfir curado, basta con poner el queso prensado en salmuera durante unas 5 horas. En seguida, le agregas una camada de aceite de oliva por afuera y lo guardas en la nevera por la cantidad de días necesaria hasta que obtenga la textura que deseas.