Lengua a la provenzal
La lengua a la provenzal es un delicioso plato que, como su nombre lo indica, se prepara con hierbas provenzales. Una deliciosa y aromática mezcla de especias proveniente de la cuenca del Mediterráneo, típica de la cocina francesa. Esta combinación de hierbas, hojas, ajo, aceite de oliva y otros ingredientes, estimula gratamente el paladar.
Además de su seductor aroma, la lengua a la provenzal es un plato rico en proteínas y en potasio. Una elaboración con buenos nutrientes, excelente para los músculos y para regular los líquidos en el organismo.
Ingredientes:
Cómo preparar lengua a la provenzal:
- Lavar la lengua bajo un chorro permanente de agua. Hacerlo hasta que el agua salga casi transparente.
- Poner a hervir 3 litros de agua en una cacerola grande y poner a cocinar la lengua.
- Añadir a la misma cacerola la zanahoria, previamente lavada y cortada en trozos medianos. Lavar el tallo de apio, cortar de manera rústica y agregar también. Realizar la misma acción con la cebolla grande. Incorporar dos hojitas de laurel. Cocinar durante tres horas a fuego medio.
- Pasado este tiempo, sacar la lengua de la cacerola. Retirar la capa exterior y conservar el interior suave. Retirar la grasa y cortar en rodajas de unos dos centímetros de grosor. Reservar.
- Preparar la salsa provenzal. Exprimir los limones en un recipiente pequeño. Rallar los ajos. Rallar la cáscara de un limón hasta obtener media cucharita de ralladura. Agregar 6 cucharadas de perejil finamente picado y 3 cucharadas de cebollino picado. Agregar sal y aceite al gusto y, por último, las hojas de menta. Mezclar y reservar.
- Calentar una sartén, agregar sal y aceite sobre cada rodaja de lengua y sellar por ambos lados. Se debe evitar moverlas por espacio de 4 minutos para que se doren de manera uniforme. Reservar.
- Agregar una cucharada de la provenzal sobre cada rodaja de lengua 30 segundos antes de retirar del fuego. Servir en caliente y disfrutar de una textura melosa, diferente.
Prepara este plato económico, sencillo, sabroso y muy nutritivo. Es una buena opción para servir con entrante. También puedes servir como principal y acompañarlo con distintas guarniciones. Por ejemplo, un arroz blanco, un puré suave de patatas asadas o al horno con perejil. Te encantará.