Congrio con patatas
El congrio con patatas, es un plato que nace en Astorga, una localidad perteneciente a la provincia de León, más concretamente en la zona de la Maragatería. Entre otras cosas, porque los arrieros astorganos lo cocinaban constantemente por lo factible que era adquirir sus ingredientes. Con el paso de los años, este plato se fue extendiendo por la península y sofisticando su preparación se llega a platos tan exquisitos como el congrio gallego y el caldillo de congrio chileno.
El congrio es un pescado blanco de agua salada, contiene poca grasa, por lo que es ideal para dietas adelgazantes. Además, ofrece diversos nutrientes, que son muy beneficiosos para el organismo, como vitamina A que previene las enfermedades oculares, y el cáncer, fortaleciendo el sistema inmunológico, vitamina D que fortalece la piel y los huesos y hace que la piel y el cabello luzcan más hermosos, y complejo B que mejora la producción de hormonas sexuales y la síntesis de glucógeno.
Ingredientes:
Cómo preparar el congrio con patatas:
- Lavar y limpiar los trozos de congrio.
- Escurrir las cabezas y sazonar con sal y pimienta al gusto. Dejar reposar en un bol.
- Colocar en una cazuela un chorro de aceite de oliva extra virgen.
- Picar la cebolla, ajo y el perejil fresco. Sofreír en la cazuela, a fuego medio.
- Cuando la cebolla esté transparente, agregar el pescado. Saltear durante 10 minutos. Sacar y reservar.
- Añadir el azafrán y el vino blanco. Este vino, se puede sustituir por cualquier otro que no sea de un sabor fuerte. De esta forma no se opaca el sabor y el aroma del pescado.
- Pelar y picar las patatas en cubos. Agregar a la cazuela.
- Colocar agua en la cazuela, hasta cubrir todos los ingredientes. Cuando comience a hervir, bajar el fuego y dejar 15 minutos, aproximadamente.
- Revisar que todos los ingredientes estén cocidos. También se debe rectificar el punto de sal y pimienta.
- Sacar un poco de caldo y patatas de la cazuela. Triturar hasta crear una crema homogénea. Añadirlo a la cazuela para espesar un poco.
- Añadir el guiso a la cazuela.
- Dejar cocer a fuego lento por ocho minutos.
- Retirar del fuego y dejar reposar cinco minutos.
- Servir tibio. El punto caldoso es a gusto de cada comensal, lo ideal es que se forme una salsa espesa, con una densidad adecuada.