7 consejos para dominar la congelación de alimentos
Congelar alimentos es todo un arte. Y es que, aunque esta tarea pueda parecernos sencilla, esconde tras de sí diversas normas que, si no cumplimos, puede provocarnos más de un problema.
La conservación de los alimentos, tanto frescos como congelados, es algo fundamental que debemos tener en cuenta siempre si no deseamos sufrir desagradables consecuencias para nuestra salud.
Por eso, hoy nos gustaría enumerar una serie de consejos para que vuestro congelador sea la envidia. ¿Queréis saber cuales son éstos?
- Un congelador no es un armario → Cuántas veces habremos escuchado esta frase de boca de nuestras madres, ¿verdad? Y con toda la razón del mundo, ya que en ocasiones, nos olvidamos de que este espacio está diseñado para conservar una cierta cantidad de alimentos y, terminamos excediéndonos y llenándolo de forma que algunos productos terminan por acumularse al fondo y hacerse hielo o escarcha. Procurad ir comprando a medida que vayáis consumiendo lo que ya tengáis y, de este modo, tendremos todo bien organizado, sabiendo de qué disponemos o no.
- Correcto envasado → Uno de los errores más frecuentes que solemos cometer a la hora de congelar alimentos es la elección del envase en el que se conservarán hasta su futuro consumo. A veces, bien por falta de tiempo o bien por escasez de menaje, usamos lo primero que tenemos a mano, arriesgándonos a que dicho alimento no quede bien sellado y se favorezca la creación, nuevamente, de hielo o escarcha, evitando que podamos comernos el producto. Lo mejor es elegir siempre aquellos recipientes que posean tapa y aíslen el contenido interior de cualquier contacto con el exterior.
- Etiquetas → Muy necesarias a la hora de consultar que contiene cada envase, porque seamos sinceros, por muy campeonísimos que seamos jugando al Simon, en este tipo de cuestiones, la memoria brilla por su ausencia jugándonos malas pasadas que provocan que tengamos que sentarnos en el suelo y enfrentarnos a numerosos tuppers que parecen tener sed de venganza por haberles metido ahí durante días. ¿Nuestro consejo? Etiquetad cada uno de ellos indicando si se trata de un alimento crudo o ya cocinado y, la fecha en la que lo congelamos. De este modo, sabremos siempre el tiempo que lleva y, si nos hemos despistado, estar seguros si es apto para consumo o no.
- Nunca en caliente → Si os disponéis a congelar algo que acabáis de cocinar, dejad que el plato se enfríe antes de meterlo al congelador, ya que, pese a determinadas creencias, meter algo con una temperatura tan elevada al lado de otras cosas heladas, provocará que éstas últimas comiencen a subir la suya y puedan, incluso, iniciar un cierto proceso de descongelación. Así que ya sabéis, antes de congelar, atemperar.
- El tamaño sí importa → Y es que en cuestión de cantidades, esto es algo fundamental. Es muy importante que nos planteemos el número de raciones que vayamos a congelar con vistas a su posterior consumo. Es decir, si tan solo necesitaremos comida para dos, no guardaremos más cantidad que esa para que, una vez descongelemos, no nos encontremos con un menú que nos sobre.
- Segundas partes nunca fueron buenas → Y mucho menos si se trata de la congelación. Nunca, insistimos, nunca, volváis a congelar algo que ya está descongelado y, a su vez, anteriormente ya había sido congelado (como trabalenguas no tiene precio…). Evitaremos esta situación incluso si cocinamos el alimento.
- Pasando por boxes → Sí, sabemos que esta tarea es una de las más aburridas y que más pereza puede llegar a dar, pero al igual que el resto de electrodomésticos, el congelador necesita una puesta a punto de vez en cuando para, así, evitar la acumulación de hielo, algo que si dejamos, podría llegar a ralentizar o, en el peor de los casos, estropear el buen funcionamiento de dicha maquina. Para ello, bastará con meter en la nevera todo lo que contenga y dejar que se descongele durante alrededor de 1 hora más o menos.
Como veis se trata de unos simples consejos que nos ayudarán a conservar, congelar y mantener mucho mejor nuestros alimentos sin riesgo a que estos nos dejen helados a la hora de consumirlos.