Cómo transportar alimentos de forma segura

Cómo transportar alimentos de forma segura
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¿Cuantas veces os habéis ido de vacaciones y habéis mirado horrorizados toda la comida que tenéis en el frigorífico y que, por lo tanto, tenéis que llevaros para que a la vuelta, vuestra nevera no parezca el asentamiento de las nuevas civilizaciones? O pensad en aquellas ocasiones en las que habéis hecho una entrada triunfal, plato tapado en mano, en cualquier comida o reunión familiar y, al destaparlo, nuestra elaboración (por llamarlo de alguna manera) parecía el resultado de tres estampidas (elefantes incluidos) seguidas.

La verdad es que en ese tipo de momentos, por lo menos en nuestro caso, uno se siente desbordado pensando en todos los alimentos desaprovechados y en el tiempo que hemos empleado, tan ilusionados, en la cocina.

Y es que, el mover comida fuera de casa no es tarea fácil, pero, con estos sencillos consejos que os traemos hoy acerca de cómo transportar alimentos de forma segura, dicha tarea será pan comido.

¿Queréis saber cuales son éstos? ¡Pues tomad nota!

  1. Temperatura correcta → Es muy importante que, a la hora de llevarnos alimentos, conservemos la temperatura que éstos necesitarían estando en casa. No todo vale, y, aunque se trate de un trayecto que, para nosotros, no sea demasiado largo, para la comida puede suponer un riesgo. Por lo tanto, si la elaboración o el producto en cuestión requiere frío, lo meteremos en neveras térmicas (las de mano) junto a varias placas de hielo y, si por el contrario, demanda calor, lo introduciremos en cualquier bolsa térmica aislante sin más.
  2. Congelados → Ningún congelado o plato precocinado debe viajar a una temperatura distinta de la requerida. Aunque necesitemos descongelarlos, mantenerlos en esas condiciones no es la opción. Insistimos, siempre en nevera portátil con placas de hielo a su alrededor, procurando no abrir ésta demasiadas veces. Y, bajo ningún concepto, podremos volver a congelar algo que, o bien haya comenzado a descongelarse o bien lo haya hecho ya.
  3. Bien envasados → Para evitar la contaminación cruzada (algo fundamental y, más aún si existe algún caso de intolerancia o alergia) o el que los alimentos se puedan mezclar unos con otros (provocando que puedan estropearse), siempre deberemos envasarlos correctamente para que, en caso de tener que transportarlos juntos, no exista riesgo alguno.
  4. Buena ventilación → Elegir el sitio que va a ocupar la comida para ser transportada es una de las piezas claves para la buena conservación de ésta. En el coche (si no requiere de nevera o termo), elegiremos siempre el lugar más fresco y, en aquellos casos en los que la temperatura sea muy elevada, esperaremos un rato con las ventanas bajadas para que el vehículo se enfríe un poco. No obstante, siempre es aconsejable poner el aire acondicionado (no necesariamente en el modo pingüino) si se dispone de él.
  5. Normas básicas de higiene → Sabemos que en vacaciones, hacer cuadrar todo, cual fichas de Tetris, en el coche es una misión digna de héroes, pero, por mucha prisa (o desesperación) que tengamos, no colocaremos nunca la comida en ningún sitio que esté cercano al suelo o próximo a otros elementos que puedan desprender restos materiales. Tened en cuenta que aunque ésta vaya envasada, ese «escudo» podría romperse. Por otro lado, siempre que vayamos a manipular la comida deberemos lavarnos bien las manos (se trata de un consejo muy obvio pero que no está de más recordar).
  6. Cantidad justa → Sin duda, el mejor consejo. A la hora de programar un viaje, tendremos en cuenta los supermercados y tiendas cercanas a nuestro destino. De esta forma, solo nos llevaremos lo imprescindible y nos ahorraremos el tener que viajar con dicha comida que, como os venimos indicando, puede estropearse si no seguimos ciertas reglas de conservación, algo que también aplicaremos en casa, procurando no llenar la nevera e ir gastando lo que tengamos de cara a esos días de ocio.
  7. El triunfo de lo sencillo → Pues sí, porque no hay mejor opción para un viaje que llevar productos que no requieran unas necesidades especiales. Alimentos como el pan, galletas (cuidado con el chocolate y el calor), frutos secos o snacks pueden restar el hambre mientras llegamos a nuestro destino y, además, no plantear ningún riesgo.

Como veis, con estos consejos, de lo único de lo que tendréis que preocuparos será de pasarlo bien y de disfrutar al máximo estas merecidas vacaciones que ya están muy cerquita…

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