Salsa de zanahoria

La salsa de zanahoria es una preparación saludable, especialmente utilizada en la cocina vegana. Se trata de una salsa muy sencilla y rápida de hacer. Es una preparación muy versátil, pues puede acompañar pastas, todo tipo de carnes, pescados, etc.

También puede consumirse la salsa de zanahorias en canapés, tapas, con tostadas, etc. Algunas personas sustituyen la mayonesa tradicional por esta salsa.

La zanahoria contiene una abundante cantidad de micronutrientes que aportan beneficios al organismo. Los griegos, en la antigüedad, la consideraban un alimento y una medicina a la vez.

La zanahoria es una fuente rica de antioxidantes. Estas sustancias contribuyen a retardar el proceso de envejecimiento; protegen a las células del cuerpo de la acción de los radicales libres. Por esta misma razón, previenen algunos tipos de cáncer.

La zanahoria también es históricamente conocida como un alimento que ayuda a mantener una buena vista. Ayuda a prevenir la resequedad ocular, la conjuntivitis y las cataratas; esta hortaliza contiene fibra y contribuye a disminuir la cantidad de colesterol que absorbe el intestino normalmente.

Ingredientes:

Cómo preparar salsa de zanahoria:

1. Lavar y quitar la piel de las zanahorias. Cortarlas en rodajas de dos milímetros de grosor. Reservar.
2. Trocear la cebolla en dados pequeños. Hacer lo mismo con los tres dientes de ajo. Reservar.
3. Poner a calentar una sartén mediana. Agregar las tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra y añadir la cebolla. Después de un minuto, incorporar el ajo picado. Añadir sal y pimienta al gusto.
4. Echar la zanahoria en rodajas a la sartén y reducir el fuego para que los ingredientes se rehoguen. Agregar un cuarto de taza de caldo de pollo, la cucharadita de albahaca, el orégano y mezclar. Tapar la sartén y esperar 10 minutos.
5. Transcurrido ese tiempo la zanahoria ya debería estar blanda. De no ser así, tapar y esperar cinco minutos más.
6. Retirar la sartén del fuego y colocar todo su contenido dentro en la licuadora. Triturar agregando pequeñas cantidades de caldo de pollo hasta quede una salsa consistente. No debe quedar muy líquida ni muy espesa, pues se trata de una salsa y no de una crema.
7. Finalmente, dar el punto de sal que se desee y servir en caliente.