Recetas con calçots: recetas catalanas más allá de la calçotada


Aprende a cocinar calçots: recetas más allá de la calçotada con este sabroso y tierno vegetal típico catalán.
Salsa calcots
Alcachofas con romesco
Salsa romesco
Los calçots son mucho más que un simple ingrediente: son una tradición, una excusa para reunirse con amigos o familia alrededor de una mesa (o mejor dicho, de una parrilla). Aunque todo el mundo los asocia con la famosa calçotada —esa fiesta gastronómica típica de Cataluña en la que se comen calçots a la brasa con las manos y se termina lleno de hollín y salsa romesco—, lo cierto es que este producto da muchísimo más de sí en la cocina.
Su sabor dulce, su textura tierna y su versatilidad los convierten en un ingrediente ideal para preparar recetas originales y sabrosas durante los meses de invierno y principios de primavera. Si te encantan los calçots, pero no tienes ganas (o espacio) para montar una barbacoa, aquí tienes algunas ideas para disfrutarlos de otra manera, sin perder ni un gramo de sabor.
Qué son los calçots y cómo se cocinan
Los calçots son una variedad de cebolla tierna que se cultiva de una forma muy particular. A medida que crecen, se van «calzando», es decir, se les añade tierra en la base para forzar que se alarguen y se mantengan blancos y tiernos. De ahí su nombre.
La forma más tradicional de cocinarlos es al fuego vivo, directamente sobre brasas. Se queman por fuera, se envuelven en papel de periódico para que se acaben de hacer al vapor y se sirven con abundante salsa romesco. Pero si no tienes barbacoa, no te preocupes: los calçots se pueden preparar de muchas otras maneras igual de deliciosas.
Las 5 mejores recetas con calçots
Calçots a la brasa con salsa romesco
No podía faltar la receta clásica. Asarlos sobre brasas hasta que estén bien negros por fuera y jugosos por dentro es un ritual en sí mismo. La clave está en acompañarlos con una buena salsa romesco casera, hecha con ñoras, tomate asado, frutos secos y aceite de oliva. Un manjar que nunca falla.
Calçots al horno con aceite de oliva y sal gruesa
Si no tienes parrilla, el horno es tu mejor aliado. Solo tienes que colocar los calçots limpios en una bandeja, añadir un chorrito generoso de aceite de oliva virgen extra y espolvorear con sal gruesa. En media hora, tienes unos calçots tiernos, caramelizados y con todo su sabor intacto.
Tortilla de calçots con patata y cebolla
Una receta ideal para aprovechar los calçots que te hayan sobrado de otra preparación. Se trata de una tortilla jugosa, con patata, cebolla y los calçots salteados previamente. El resultado es un plato muy sabroso, perfecto para una cena informal o incluso para llevar de picnic.
Tempura de calçots con mayonesa cítrica
Una forma divertida y crujiente de comer calçots. Córtalos en trozos, pásalos por una masa ligera de tempura y fríelos hasta que estén dorados. Acompáñalos con una mayonesa casera con un toque de limón o naranja, y tendrás un aperitivo sorprendente que gustará incluso a los que no son fans de las cebollas.
Crema suave de calçots con almendra y puerro
Cuando hace frío, no hay nada como una buena crema caliente. Esta receta combina calçots con puerro y almendra para conseguir una textura sedosa y un sabor suave pero lleno de matices. Ideal como primer plato o para una cena ligera.
Consejos para cocinar con calçots
Se llevan muy bien con sabores como el queso curado, los frutos secos o los cítricos. ¡No tengas miedo de experimentar!