Receta de Pan con frutos secos

El pan con frutos secos es ideal para crear una base perfecta en todo tipo de recetas, desde desayunos sorprendentes hasta meriendas repletas de sabor. Se trata de un tipo de pan que tiene una base convencional, pero se va complementando con una serie de sabores que lo convierten en algo único y excepcional. A la masa le incluiremos frutos secos tan necesarios para nuestra dieta diaria como almendras, nueces o arándanos, no solo le darán sus buenas propiedades a este pan, también nos aportarán su sabor y textura crujiente. Combinado con una sencilla mermelada de melocotón casera o con un poco de jamón ibérico, este pan es un imprescindible que debes probar, toma nota de esta receta y ponte con las manos en la masa.

Ingredientes:

Cómo preparar pan con frutos secos

1. Empezamos esta receta preparando el pan de forma convencional, una buena masa casera como ésta, nada tiene que ver con el pan que podemos comprar en las grandes superficies, el sabor y la textura es totalmente excepcional.
2. Ponemos la levadura en agua tibia para que se diluya, con mucho cuidado de no calentar demasiado el agua o puede afectar el efecto de este ingrediente. Colocamos la harina tamizada en un cuenco.
3. En el centro de la harina vamos a hacer una especie de agujero a modo de volcán. En ese hueco le pondremos la mezcla de agua y levadura.
4. Incorporamos el azúcar y un poco de sal, antes de ponerle un chorrito de aceite. Tendremos todos los ingredientes necesarios para conseguir un pan casero delicioso.
5. Vamos haciendo caer la harina hacia en centro para mezclar los ingredientes. Amasamos bien con las manos hasta tener una masa compacta y homogénea. Tapamos esta bola que habremos creado y dejamos que repose unas 2 horas.
6. Por efecto de la levadura habrá fermentado, en ese momento le añadiremos los frutos secos. Volveremos a amasar hasta tenerlos perfectamente distribuidos en la masa. Dejamos que vuelva a reposar unas 2 horas más.
7. Hornearemos este pan de frutos secos unos 20 minutos hasta que esté listo, quedará bien dorado por fuera y esponjoso por el centro. La parte más difícil de la receta consistirá en dejarlo enfriar para poder probarlo.