Receta de buñuelos de arroz y queso

La receta de buñuelos de arroz y queso es un plato de agradable textura crujiente por fuera y suave por dentro. Para prepararla se puede aprovechar el arroz que haya quedado del día anterior. Siempre representa un ahorro para la familia, utilizar con creatividad los alimentos que nos han sobrado de otras recetas. Para hacer estos buñuelos, se prepara una mezcla suave con huevo batido, a la que se le incorporan arroz y queso parmesano rallado. Se le agregan algunas especias para condimentar y hasta un toque de picor, para quien le guste.

El arroz es un cereal que aporta numerosos nutrientes al organismo. Entre sus principales componentes está la vitamina D, calcio, fibra, niacina, hierro y riboflavina. Todos estos colaboran en el fortalecimiento de las funciones metabólicas del organismo. Una de las grandes bondades de este cereal es la energía que aporta, obtenida de la cáscara que cubre el grano de arroz. Por su parte, los huevos son fuente de las proteínas de más alto valor biológico, de vitaminas y minerales.

Ingredientes:

Cómo preparar la receta de buñuelos de arroz y queso:

1. En un recipiente, verter el agua y el huevo. Batir enérgicamente.
2. Agregar la harina. Con ayuda de un batidor de varillas, remover hasta obtener una mezcla homogénea, sin grumos.
3. A continuación, incorporar el arroz, el queso parmesano, el pimentón dulce, sal al gusto y pimienta. Remover muy bien y dejar reposar la mezcla durante 30 minutos.
4. Transcurrido el tiempo, verter abundante aceite girasol o vegetal en una sartén. Calentar a fuego medio-alto. Cuando esté bien caliente, tomar una cucharada de la mezcla e incorporarla al aceite, con ayuda de otra cucharilla.
5. Darle vuelta a los buñuelos cuando estén a media cocción, de manera que queden dorados por todos sus lados.
6. Freír los buñuelos por tandas hasta terminar con la mezcla.
7. Al dorarse los buñuelos, retirar del fuego con una espumadera y poner sobre papel absorbente.
8. Servir calientes.

La receta de buñuelos de arroz y queso es muy versátil, puedes prepararla como como entrante, como guarnición o como merienda. En cualquier caso, su agradable textura resulta irresistible. Si el queso parmesano te parece muy fuerte, puedes utilizar cualquier otra variedad que guste en casa.