Jalebis caseros

• 250 ml de agua
• 260 g de azúcar
• Azafrán

Elaboración:

Comenzaremos tamizando ambos tipos de harina y poniéndolas en un bol. Añadiremos el yogur y el aceite y mezclamos hasta que todo quede bien integrado, momento en que agregaremos unas gotitas de colorante amarillo para que los jalebis adquieran ese tono dorado tan característico.

Al contrario que en otras muchas recetas, en esta buscaremos que la masa nos quede líquida, por lo que si al mezclar la harina notáis que ésta está algo espesa, podréis añadir algo de agua para rectificar la textura. Recomendación: Procurad incorporar el agua poco a poco para ir viendo cuanta requiere (necesitamos que nuestra masa se asemeja a la de unas tortitas).

Una vez conseguida, cubriremos el bol con papel film y dejaremos que repose (para que fermente) en un sitio cálido y sin humedades (de hecho, si no tenéis que usarlo, el horno es uno de los lugares más aconsejables). Lo mantendremos toda la noche.

Antes de volver a ponernos con la masa, haremos el jarabe de azúcar.

En un cazo ponemos el agua y el azúcar y dejamos que hierva hasta que se diluya y aparezcan las famosas burbujitas. Bajamos el fuego a media temperatura y dejamos que se termine de hacer hasta que logremos que adquiera ese punto de hilo (mucho cuidado de que no se tueste).

Para saber si nuestro jarabe ha alcanzado esa textura, bastará con coger un poquito de contenido con una cuchara y echarnos una gotita entre los dedos índice y pulgar (esperando a que se enfríe unos segundos para no abrasarnos las yemas). Juntaremos ambos y, si al despegarlos, la gota se estira formando un hilo, el jarabe estará listo. De no ser así, deberemos dejarlo cocer algunos minutos más.

Quitamos el cazo del fuego y añadimos las hebras de azafrán para que intensifique el color de nuestros jalebis. Sugerencia: Si no disponéis de azafrán en casa podéis volver a usar el colorante amarillo. Reservamos.

Recuperamos la masa que teníamos en la nevera y la echaremos dentro de un biberón de boca media que nos permita verter la masa haciendo la forma requerida. Consejo: No necesariamente tendréis que usar un biberón, podréis emplear para este paso cualquier bote que posea un tapón dispensador.

En una sartén echamos abundante aceite y esperamos a que esté bien caliente. Entonces, y solo entonces, iremos echando la masa dándole forma de espiral.

Los mantendremos hasta que estén doraditos por ambos lados y los sacamos dejando sobre papel absorbente para que escurran el posible exceso de aceite.

A medida que vayamos teniendo nuestros jalebis, los iremos metiendo en el jarabe de azúcar y dejando durante un par de minutos para que se empapen bien.

Sacamos, dejamos que escurran un poquito y ya tendremos estos increíbles jalebis caseros.