El ingrediente secreto de Arguiñano para conseguir un empanado de lujo sin pan rallado


Un ingrediente sencillo que te va a sorprender
Ni canela ni azúcar: el curioso truco de Arguiñano para hacer las mejores torrijas
Cuando uno piensa en hacer un empanado tradicional, la primera imagen que nos viene a la cabeza es la de un bistec de carne o filetes de pollo bien cubiertos con pan rallado, y con ello, que nos queden bien crujientes por fuera y jugosos por dentro. Una receta que todos conocemos y que nunca falla. Sin embargo, también es cierto que en la cocina, como en la vida, también hay margen para innovar, experimentar y descubrir nuevas formas de hacer lo de siempre con un toque diferente. Y eso es justo lo que ha hecho Karlos Arguiñano con su último truco: preparar un empanado sin pan rallado y con un ingrediente que nadie esperaba.
El chef vasco, conocido por su estilo cercano y sus recetas accesibles para todos, ha sorprendido en uno de sus programas con una idea que une lo práctico, lo sabroso y lo divertido. Algo que tiene que ver con el uso de unas palomitas de maíz (las mismas que saboreas cuando vas al cine) y que, de forma sorprendente, se convierten en el aliado perfecto para lograr un empanado crujiente y diferente. Lejos de ser un idea fuera de lo común o que tal vez no te convenza demasiado al principio, esta técnica está ganando popularidad, y no sólo por el sabor, sino también porque es apta para personas que no pueden consumir gluten. De este modo, la propuesta de Arguiñano para el empanado no sólo reinventa una receta clásica, sino que también demuestra que, con un poco de imaginación, se pueden romper las reglas de la cocina sin perder lo esencial. El resultado es un empanado dorado, sabroso y con un toque único que conquista desde el primer bocado. ¿La mejor parte? Es tan fácil de preparar como el rebozado de toda la vida, pero con un punto inesperado que marcará la diferencia en cualquier comida.
El ingrediente secreto de Arguiñano para un buen empanado
Las palomitas suelen estar relegadas a los momentos de ocio, asociadas al cine, a las tardes en casa o a ese antojo rápido y sencillo. Pero en esta ocasión, Karlos Arguiñano les ha dado un papel protagonista para elaborar un buen empanado. El motivo no es otro que al triturarlas, se convierten en una cobertura perfecta para carnes, pescados o verduras, aportando ese toque crujiente que tanto gusta.
Una de las grandes ventajas de usar palomitas es que permiten jugar con la textura. Dependiendo de cómo se trituren, se puede conseguir un polvo fino, casi como pan rallado tradicional, o mantener algunos trocitos más gruesos para un acabado más rústico. Además, se pueden usar tanto saladas como naturales, lo que da pie a diferentes combinaciones de sabores. Y lo más importante: es una opción totalmente libre de gluten, ideal para quienes necesitan adaptar sus platos sin renunciar al placer del empanado.
Así se prepara el empanado con palomitas
El proceso no difiere mucho del empanado clásico, lo que lo convierte en una alternativa muy fácil de aplicar. Primero, se preparan las palomitas: se pueden hacer en casa con maíz natural o utilizar las que vienen ya hechas, siempre que no tengan añadidos dulces o sabores muy marcados que puedan interferir con el plato. Una vez listas, se trituran hasta lograr la textura deseada.
Después, como en toda receta de empanado, se baten bien los huevos. Se salpimienta la carne o el producto elegido (en este caso, Arguiñano usa filetes finos de carne, tipo escalope) y se pasa primero por el huevo y luego por el polvo de palomitas, asegurándose de que quede bien cubierto por todos los lados. El cocinero también sugiere personalizar el rebozado añadiendo perejil o ajo picado a las palomitas trituradas, para darle un extra de sabor sin complicarse demasiado.
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Una fritura rápida para un resultado de diez
El siguiente paso es freír. Mientras se calienta el aceite en la sartén, es importante que alcance una temperatura adecuada para sellar bien el empanado y evitar que absorba demasiado aceite. Una vez caliente, se fríen los filetes por ambos lados hasta que estén dorados y crujientes. El resultado es espectacular: una textura crujiente, con un sabor muy especial y una presentación que llama la atención por su originalidad.
Además, al no llevar pan ni harina, el empanado con palomitas no sólo es más ligero, sino que también tiene una digestión más sencilla para algunas personas. Es una forma de disfrutar del clásico pollo empanado sin necesidad de recurrir a productos procesados o a ingredientes que puedan generar intolerancias. Una receta ideal para innovar sin complicarse, perfecta para comidas familiares, cenas informales o incluso como idea para sorprender a los invitados.
Lo que más llama la atención de esta propuesta no es sólo el uso de palomitas, sino la manera en que Arguiñano logra, una vez más, demostrar que la cocina no tiene que ser complicada para ser especial. Con ingredientes de andar por casa y un poco de ingenio, es posible transformar una receta de siempre en algo completamente nuevo. Y es que eso es precisamente lo que le ha hecho ganar el cariño del público durante tantos años: su capacidad para enseñar, entretener y hacer que cocinar sea algo al alcance de todos.