Bizcocho de naranja superesponjoso

Si bien en sus orígenes y en su etimología los bizcochos eran aquellas masas que se cocían dos veces (bis coctus significa cocido dos veces), hoy en día casi siempre se refiere a una tarta esponjosa hecha de harina, leche, huevos y azúcar, que pueden rellenarse o comerse solos, como el delicioso bizcocho de naranja cuya receta veremos. Es una receta ideal para hacer en familia, en la que colaboren los más pequeños de la casa.

El bizcocho tiene una larguísima historia, incluso hay representaciones en la tumba de Ramsés III en Tebas con imágenes de siervos presentando bizcochos al faraón. Lo cierto es que durante mucho tiempo las masas secadas en el horno después de cocidas se conservaban mejor y durante más tiempo. Por ello eran utilizadas para llevar en los largos viajes en barco, como alimento para navegantes y para soldados.

Hoy en día se distinguen dos tipos de bizcochos, los que se comen solos y los que se rellenan, más ligeros. Este bizcocho de naranja pertenece a los últimos porque queda muy esponjoso, pero es tan aromático y rico que no hay que rellenarlo de nada.

Ingredientes:

Cómo preparar un bizcocho de naranja:

1. Precalentar el horno a 180° C y forrar un molde rectangular con papel vegetal.
2. En un bol poner los huevos y el zumo de naranja, la ralladura de naranja y el aceite.
3. Batir un poco con varillas eléctricas, e incorporar el resto de los ingredientes, batiendo hasta que no haya grumos secos.
4. Verter en el molde y darle unos golpecitos suaves para que las burbujas de aire más grandes salgan a la superficie (si no se rompen solas, se puede hacer con un palillo).
5. Si se desea, espolvorear por encima dos cucharadas más de azúcar.
6. Hornear a media altura por 40 minutos o hasta que al meter una brocheta de metal en el centro esta salga limpia.
7. Esperar 5 minutos a que se atempere un poco antes de desmoldar.
8. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Puedes agregar a este delicioso bizcocho de naranja un puñado de frutos secos bien picaditos o media manzana pelada en trocitos, quedará muy rico y sorprendente. Es un bizcocho muy fácil de elaborar y que siempre te quedará perfecto.

Puedes servirlo de desayuno o en la merienda, o en una sobremesa cuando no se haya comido demasiado. Acompáñalo de un vaso de leche, un buen té o un rico café con leche.