Recetas de confinamiento: Pollo frito japonés o karaage


El pollo frito japonés o Karaage es una de esas recetas de confinamiento que se convertirá en todo un descubrimiento.
Disfrutar de los placeres de la comida va mucho más allá de su sabor, cocinarla e imaginarnos comiéndola en sitios especiales nos puede ayudar a pasar estos días con una sonrisa. El pollo frito japonés o Karaage es una de esas recetas de confinamiento que se convertirá en todo un descubrimiento. La carne blanca del pollo es una de las más consumidas en el mundo y en Japón son expertos en darle su toque especial. El arte de crear el bocado más crujiente y delicado del mundo tiene su truco. Un rebozado especial y un marinado que lo convertirá en un alimento digno de los samuráis y las geishas más caseros.
Ingredientes:
Cómo preparar un pollo frito japonés
- El secreto de este pollo está en hacerle un buen marinado previamente. El arte de la cocina japonesa consiste en dedicarle tiempo a cada uno de los pasos, dejar que los alimentos se fusionen a la perfección.
- Nos pondremos manos a la obra a preparar este marinado. Para esta receta usaremos unos muslos de pollo, aunque podemos usar cualquier parte que tengamos en casa. Si disponemos de unas pechugas que nos han sobrado o de unos contramuslos, son una buena opción.
- La salsa Shoyu es una salsa de soja japonesa, podemos añadir cualquier otro tipo que tengamos en casa. La ponemos en un bol. Incorporamos las 3 cucharadas de sake, este paso es opcional, pero le dará un sabor más auténtico.
- Le añadimos el jengibre rallado, puede ser en polvo en caso de no tener fresco en casa. Pelamos y picamos los dientes de ajo y los rallamos en el mismo marinado.
- Con esta mezcla cubrimos el pollo. Lo untamos bien para que pueda obtener todos estos sabores intensos y delicados.
- Preparamos el rebozado. Usaremos dos tipos de harina a partes iguales, de maicena y de trigo. Ambas le darán color, sabor y ese toque crujiente que buscamos. Si tenemos fécula de patata, que es la auténtica de la receta mucho mejor, aunque de esta manera también quedará bien.
- Batimos el huevo y le añadimos una pizca de pimienta blanca. Este ingrediente acabará de crear el rebozado ideal.
- Preparamos la sartén con abundante aceite de soja o de girasol. Vamos rebozando los trocitos para empezar a freírlos. Es importante que el aceite esté muy caliente.
- A medida que tenemos los trozos cocinados, los ponemos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Lo servimos con unos trocitos de limón, un arroz blanco o una mayonesa
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