Más coches y menos paro: así cambia tu provincia cuando toca el Gordo de Navidad, según un estudio económico

Un reciente estudio del Banco de España y la Universidad Carlos III (del año 2023) revela cómo el «Gordo de Navidad» altera indicadores provinciales más allá del premio. Aquí no dejaron nada al azar, ya que estudiaron la evolución del empleo, las matriculaciones de vehículos y los precios tras el sorteo, usando encuestas de confianza y datos administrativos.

Los autores Morteza Ghomi, Isabel Micó-Millán y Evi Pappa, emplearon encuestas de confianza del consumidor y registros administrativos (matriculaciones, contratos, desempleo y precios) para evaluar la persistencia y magnitud de la reacción frente a este sorteo.

¿Cómo reacciona cada provincia cuando les toca el Gordo de Navidad?

El trabajo muestra que, en las provincias agraciadas, la noticia del premio provoca un aumento inmediato del índice de confianza (tanto del estado actual como de las expectativas) que se mantiene varias semanas o meses.

Esa mejora del ánimo no depende del volumen exacto del premio por habitante ni de que la mayoría de la población haya recibido dinero: actúa como un choque de sentimiento colectivo.

Esa mejora de la confianza se traduce en decisiones de gasto diferidas que se adelantan o se concretan en el corto plazo. Entre las consecuencias documentadas figuran incrementos en la matriculación de vehículos, un aumento en la contratación registrada y una disminución paulatina de la tasa de desempleo.

La evidencia distingue claramente entre la probabilidad real de ser ganador (mínima) y la reacción agregada de la población residente en la provincia premiada.

Más coches: la demanda de bienes duraderos tras el Gordo de Navidad

El análisis de las licencias de vehículos muestra un repunte significativo en las provincias ganadoras durante los seis meses posteriores al sorteo. Los autores registran aumentos en la tasa de crecimiento interanual de matriculaciones que llegan a varios puntos porcentuales en los meses en que la respuesta es máxima.

Este patrón sugiere que el Gordo de Navidad actúa como catalizador de compra para bienes duraderos, especialmente cuando las encuestas reflejan mayor intención de compra.

Las series mensuales de matriculaciones se utilizan como «proxy fiable» del gasto en bienes duraderos. El incremento observado no parece estar explicado por transferencias monetarias directas a los encuestados (la probabilidad de ser ganador es muy baja), sino por el efecto de la mejora de expectativas sobre la decisión de adquirir un vehículo.

Menos paro y más contratos: la evolución laboral tras el sorteo

En materia laboral, la respuesta no es instantánea: la tasa de paro comienza a descender con cierta holgura temporal, alcanzando su punto más pronunciado alrededor de los seis a doce meses después del premio.

Paralelamente, los registros administrativos muestran un aumento en el número de contratos (tanto de corta como de larga duración) y una mejora en la medida de vacantes por desempleado.

La evidencia sugiere que la reducción del desempleo no se explica por una caída de la participación laboral, sino por un incremento real de la contratación. Este efecto coincide con la elevación de la confianza y con el repunte del consumo duradero, lo que pone de manifiesto un canal de transmisión vía demanda inducida por el Gordo de Navidad.

Inflación local y duración del efecto

Por último, el estudio también observa una subida moderada de los precios provinciales tras el premio, con un impacto más persistente que aparece alrededor del séptimo mes y que se mantiene durante cerca de dos años antes de volver a la media previa.

La magnitud es limitada, pero suficiente para constatar que los efectos de demanda pueden generar presiones inflacionistas locales transitorias.

Los autores desarrollan múltiples ejercicios de robustez para descartar explicaciones alternativas: controlan por gasto en boletos, por tendencias previas y por otros sorteos cercanos (como El Niño).

Así, los resultados mantienen la conclusión de que el mecanismo predominante es sentimental más que distributivo.