Tartar de atún y salmón
El tartar de atún y salmón es un plato muy saludable y sencillo. Se trata de una forma de preparación en la cual la carne se come sin ninguna cocción. Los cortes son pequeños y se aderezan de diferentes maneras.
El tartar puede ser de carne o de pescado y se dice que su origen se remonta a los pueblos tártaros. Estos habitantes primitivos, aparentemente, colocaban las carnes bajo la montadura de sus caballos y así se molían y cocinaban.
Propiedades nutricionales del atún y el salmón
Atún rojo: una de sus principales beneficios es su alta concentración de omega 3, que ayuda a prevenir la formación de coágulos en las arterias. También reduce las lesiones de enfermedades de la piel, como la dermatitis o la psoriasis.
Salmón: este pescado es una gran fuente de proteínas, omega 3 y de vitamina D. Esta vitamina ayuda al desarrollo de las formaciones óseas y contribuye con el fortalecimiento de los huesos.
Receta de tartar de atún y salmón
Ingredientes:
Cómo preparar tartar de atún y salmón:
- Si el pescado está congelado, se procede a descongelar de manera progresiva. Hay que evitar que se rompa la cadena de frío. Si el pescado ya está descongelado, secar cuidadosamente con un papel absorbente.
- Cortar el atún rojo y el salmón en cubos pequeños de aproximadamente 1 cm. por 1 cm. Colocarlos en un recipiente y reservar. Se debe proceder de igual manera con el aguacate. Quitar la piel y la semilla y cortar en cuadrados pequeños, del mismo tamaño que los de pescado. Incorporar al bol.
- Limpiar la cebolla, retirar su primera capa y cortar en cuadraditos pequeños (brunoisse). Proceder del mismo modo con las alcaparras y el cilantro. Incorporar al bol con los ingredientes antes mencionados.
- Añadir sal y pimienta al gusto. También agregar el zumo de limón, el aceite, la salsa de soja y worcestershire. Revolver cuidadosamente para que el aguacate no se deshaga. Finalmente, tapar con un papel film, de plástico y dejar por 2 horas en enfriamiento.
- Servir el tartar de atún y salmón con la ayuda de un molde que ayude a otorgarle altura y estructura. Siempre es mejor comerlo templado, ni demasiado caliente ni muy frío.