Arroz con bogavante: receta fácil para un plato de lujo


Receta de arroz con bogavante, un plato marinero elegante, lleno de sabor y perfecto para ocasiones especiales.
Bogavante gratinado
Caldereta de bogavante con rape
Judías pochas con bogavante
Pocas cosas alegran más la mesa que un buen arroz con bogavante: humeante, con aroma a mar y ese color que anuncia fiesta. No hace falta complicarse ni tener media pescadería en casa; la diferencia está en un fumet con carácter, un arroz adecuado y tratar el bogavante con mimo. Con estos pasos, te queda un platazo de restaurante… en zapatillas.
La clave del sabor: cómo preparar un fumet casero para arroz
Tu arroz sabrá tanto como sepa su caldo. En una olla, dora con una pizca de aceite las cabezas y cáscaras de gambas (o espinas de pescado blanco) junto con 1 cebolla, 1 puerro y 1 zanahoria bien picados. Añade 1 diente de ajo, 1 tomate rallado y una cucharadita de pimentón; desglasa con un chorrito de brandy o vino blanco y deja que evapore. Cubre con 2 litros de agua fría, suma 1 hoja de laurel y unas hebras de azafrán (ligeramente tostadas). Cuece suave 30–40 min, espumando. Chafa las cáscaras para extraer jugos y cuela fino. Mantén el caldo caliente durante toda la receta. Aprovecha después el marisco que te haya quedado al retirar las cáscaras.
Ingredientes para el mejor arroz con bogavante
Para 4 raciones:
¿Qué tipo de arroz usar?
Ve a por variedades redondas de grano medio que beben sabor sin romper: bomba, senia o bahía. El bomba aguanta mejor despistes; senia y bahía dan un punto más cremoso si clavas tiempos.
¿Bogavante fresco o congelado?
El fresco es insuperable en aroma y textura. El congelado crudo (descongelado 24 h en nevera) funciona muy bien y es más amable con el bolsillo. Evita los precocidos: aportan menos sabor al guiso.
Cómo preparar y cortar el bogavante paso a paso
Relaja el bogavante 15–20 min en el congelador para atenuar movimiento. Colócalo boca abajo en una tabla firme. Con un cuchillo grande, parte a lo largo la cabeza y el cuerpo; separa las tenazas y dales un golpe seco para abrirlas. Retira el estómago (saquito arenoso) y la vena intestinal. Guarda los jugos coralinos de la cabeza: son oro para el sofrito.
Receta de arroz con bogavante (versión caldosa)
- Sella y reserva. En paellera o cazuela ancha, marca los trozos de bogavante 1–2 min por lado; retira.
- Sofrito con paciencia. En el mismo aceite, pocha cebolla, pimiento y ajo 8–10 min hasta que estén dulces. Incorpora el tomate y reduce 5 min.
- Pimentón y perfume. Añade pimentón y azafrán; riega con brandy y deja que se evapore el alcohol.
- Nacarar. Agrega el arroz y rehoga 1 min.
- Caldo caliente. Vierte 1,2–1,3 l de fumet. Hierve fuerte 2 min y baja a medio. Cocina 16–18 min, incorporando el bogavante a los 8–10 min para que termine jugoso. Ajusta de sal.
- Reposo breve. Apaga y deja 2 min. Debe quedar caldoso, envolvente.
¿Lo prefieres meloso o seco? Cómo adaptar la receta
Para un arroz meloso: trucos y proporción de caldo
Usa 1 parte de arroz : 2,5–2,7 partes de caldo. Fuego controlado y sin remover en exceso: buscamos jugosidad, no sopa. El bogavante entra a mitad de cocción, igual que en la versión caldosa.
Para un arroz seco tipo paella: pasos a seguir
Haz un sofrito muy concentrado (reduce el tomate hasta que “marmolice”). Añade 1 parte de arroz : 2–2,2 partes de caldo. Cocina 5 min fuerte y 10–12 min medio-bajo sin mover. Coloca el bogavante al principio para que se asen sus jugos. Reposa 3–5 min tapado con un paño. Si quieres un toque de “socarrat”, sube el fuego el último minuto… y no toques la paellera.
Trucos de chef para un arroz con bogavante inolvidable
- La importancia del reposo: 2–5 min afinan el grano y redondean sabores.
- Sofrito oscuro, no quemado: ahí vive el umami.
- Azafrán tostado: unos segundos en seco y luego al caldo o al sofrito.
- Caldo siempre caliente: no cortes la cocción del arroz.
- No laves el arroz: perderás almidón (y agarre de sabor).
- Sal al final: el fumet concentra; prueba antes de corregir.
- Acabado brillante: una lágrima de aceite crudo al final levanta aromas.
- Arroz quieto para el seco: movimiento = almidón suelto y textura pastosa.
Con buen fumet, un arroz que sepa escuchar el caldo y un bogavante tratado con cariño, tienes un plato de lujo sin drama. Pan cerca, cucharas listas y… ¡a la mesa!