Lotería

Poca gente lo sabe, pero esto es lo que pasaría si nadie compra el número premiado con el Gordo de Navidad 2025

Gordo de Navidad 2025
Gente comprando billetes del Gordo de Navidad. Foto: Barcex en Wikimedia Commons.

La mecánica del Sorteo Extraordinario de Navidad está diseñada para que la mayoría de los décimos puestos a la venta encuentren comprador, aunque cada año quedan billetes sin distribuir. Este proceso, unido a la relevancia económica del Gordo de Navidad 2025, plantea cuestiones específicas sobre lo que sucede con los premios que recaen en números no vendidos.

Este fenómeno, aunque infrecuente, tiene antecedentes documentados dentro de la normativa que regula la Lotería Nacional. Por eso, el marco jurídico estableció cómo se gestiona esta circunstancia y quién administra los importes cuando un décimo no adquirido coincide exactamente con la cifra que obtiene el primer premio, un caso que marcó la historia del sorteo en 1931.

¿Qué pasaría si el Gordo de Navidad 2025 cayera en un número no vendido?

La posibilidad de que el Gordo de Navidad 2025 recaiga en un número sin comprador no es habitual, pero está prevista en la Instrucción General de Loterías. El texto, vigente desde 1956, determina que los billetes sobrantes por falta de venta pasan a la Hacienda pública.

Esto incluye cualquier décimo que, aun estando emitido, no haya sido solicitado por una administración ni adquirido por particulares o entidades.

En la práctica, los billetes no vendidos continúan bajo titularidad estatal desde el momento en que regresan al circuito de Loterías y se registran como sobrantes. Si uno de estos billetes obtiene el primer premio, el importe completo queda dentro de las cuentas públicas, sin que intervenga ningún tercero.

Se trata de un procedimiento automático que no requiere reclamación ni trámite adicional. Este marco jurídico evita situaciones ambiguas y asegura la trazabilidad del dinero destinado a premios. Además, permite que el sorteo mantenga su operativa incluso cuando ciertos números no alcanzan demanda suficiente durante la campaña de ventas.

El volumen actual de emisión hace que cada año exista una proporción de billetes sin comprador, por lo que la normativa sigue resultando decisiva.

El único precedente histórico: cuando las arcas públicas se quedaron con el Gordo

La historia del sorteo recoge un caso singular en 1931. Ese 22 de diciembre, el número 24717 fue cantado por los niños del Colegio de San Ildefonso como primer premio.

Sin embargo, el billete no había sido adquirido por ninguna administración y permanecía en reserva en la Casa de la Moneda. El sorteo se celebró con normalidad, pero tras el anuncio, se generó desconcierto: no existía ganador.

La prensa de la época relató escenas de sorpresa en la sala. El diario Ahora, editado en Madrid durante la década de los treinta, transcribió reacciones del público ante la posibilidad de que la extracción no se produjera.

Minutos después, se confirmó que el billete premiado formaba parte del lote no distribuido. Como consecuencia, el importe regresó a las arcas de Hacienda, siguiendo el sistema entonces vigente.

El ministro de Hacienda Jaime Carner Romeu expresó a los medios su valoración del desenlace. Carner Romeu declaró: «España necesita muchos millones y yo he venido a este cargo a luchar por conseguirlos, a restringir los gastos y aumentar los ingresos».

Aquel episodio quedó registrado como la única ocasión en que el primer premio del sorteo no fue para una persona o entidad privada.

Regulación actual y su aplicación al Gordo de Navidad 2025

La normativa aplicable al Gordo de Navidad 2025 conserva las bases legales establecidas en el decreto de 1956. El artículo 9 indica que los billetes sobrantes por falta de venta quedan por cuenta de la Hacienda pública. Esto incluye tanto los décimos no vendidos como aquellos que se declaran nulos antes del sorteo.

En términos operativos, las administraciones de lotería devuelven los billetes no adquiridos a Loterías y Apuestas del Estado. La entidad clasifica esos billetes, los inmoviliza y los incorpora al registro interno. El sistema mantiene la integridad del sorteo y garantiza que cualquier premio asignado a uno de esos décimos se integre automáticamente al Tesoro.

El funcionamiento digitalizado de la venta actual facilita la distribución, pero no elimina por completo la existencia de números sin comprador.

La amplia emisión, que cubre millones de décimos cada año, hace que incluso con una demanda elevada, siempre exista un margen que no encuentra salida comercial. La normativa, por tanto, continúa protegiendo la estructura económica del sorteo.

Últimas noticias de la Lotería de Navidad

Lo más visto