Patatas al queso cabrales
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Las patatas al queso cabrales son una elaboración ideal para disfrutar en compañía de amigos. Esta combinación suele gustar a la mayoría de los comensales; esta receta mezcla muy bien la textura de la patata con el sabor característico del queso cabrales.
El queso cabrales es un queso azul de tipo de cremoso. Se fabrica a partir de la combinación de leche de vaca y de cabra u oveja; en algunas presentaciones se incluyen los tres tipos de leche. Su sabor es fuerte, pero sin un final amargo.
Para esta receta, la cantidad de patatas dependerá del número de comensales. Es importante tener en cuenta que al cocinarlas se reducen un poco; por otro lado, lo más recomendable es usar patatas naturales aunque su destino final sea la fritura.
Una virtud del queso cabrales es que acepta diferentes variaciones cuando se prepara como salsa. Por ejemplo, se puede incluir cilantro, perejil o pimiento morrón. Este tipo de queso va muy bien con arroces, ensaladas e incluso carnes.
Ingredientes:
Cómo preparar patatas al queso cabrales:
- Lavar bien las patatas y colocarlas a hervir con su piel. Este proceso puede también hacerse en el microondas, envolviendo las patatas en papel film.
- Cuando las patatas estén blandas al picharse, sacarlas del agua hirviendo.
- Esperar a que se enfríen. Pelarlas y cortarlas en bastones.
- En un sartén caliente, agregar un poco de aceite y pasar las patatas hasta lograr un atractivo dorado por cada lado. Salpimentar al gusto.
- Para preparar la salsa de queso cabrales, en una olla o sartén agregar el queso en trozos pequeños junto con la sidra. Cocinar a fuego medio hasta que se deshaga el queso y evitando que se pegue.
- Añadir la nata y remover hasta lograr que la mezcla tenga una textura homogénea. Cocinar hasta que se espese un poco la preparación.
- Para servir, colocar las patatas en un plato y bañar con la salsa de queso. También puede disponerse la salsa aparte, como una especie de dip.
Otra variación de esta receta es cocinar las patatas al horno. En ese caso, se cortan de forma transversal con su piel incluida; se colocan en una fuente para hornear y se rocían con un poco de aceite de oliva y sal. De esta forma, pueden ser un buen acompañante para carnes o pescado ahumados.