Sánchez dejará Cataluña sin protección policial extra tras las elecciones del 10-N

Policía Nacional
Agentes de la Policía Nacional desplegados en Barcelona. (OKD)
Carlos Cuesta

El uso electoralista por parte de Pedro Sánchez de cada cosa que ocurre ha llegado a Cataluña. Hasta el momento, el Ministerio del Interior ha enviado a esta comunidad autónoma 1.000 agentes de Policía y 1.000 guardias civiles procedentes de otras zonas de España. Muchos de ellos han empezado ya a retornar a sus ciudades de origen. Pero la última orden de retorno coincide, casualmente, con una fecha muy llamativa: los últimos agentes extra regresarán justo el día de las elecciones generales: el 10-N.

Sánchez mantendrá al menos una parte del contingente policial de urgencia enviado a Cataluña para sofocar los ataques de terrorismo callejero justo hasta que pase el examen electoral. Al día siguiente, todo lo que pase en esta región deberá ser afrontado exclusivamente por los Mossos.

Fuentes de los sindicatos policiales no han tardado en mostrar su crítica. Y es que, si la situación en estos momentos es delicada tras la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe separatista del 1 de octubre, no lo será menos cuando comience el juicio a Quim Torra por los lazos amarillos, o cuando se deba decidir la extradición de Carles Puigdemont, o cuando se deba juzgar a los más de 200 detenidos por terrorismo callejero en Cataluña, tal y como señalan fuentes de la Unión Federal de Policía (UFP).

Decisión electoralista

Pero, sin embargo, el criterio político del Gobierno de Pedro Sánchez, sigue marcando la agenda de asignación de recursos policiales. Y, en esta ocasión, esa pauta política ha decidido que lo importante es pasar con una cierta sensación de orden público el examen del 10-N. Lo demás, por lo visto, no parece igual de importante.

Esta nueva crítica se suma al clima de tensión existente en estos momentos entre los agentes policiales y su ministro, el responsable de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska.

Los sindicatos han criticado ya igualmente que la visita del ministro a los centros hospitalarios donde se encuentran ingresados agentes de la Policía heridos durante los disturbios ocurrido en Via Laietana, sólo se produjera después de cinco días de protestas en Barcelona en los que el titular de Interior había estado ausente, sin pisar Cataluña.

De hecho, tanto OKDIARIO como los sindicatos policiales denunciaron este actitud de Interior previamente hasta provocar su visita. Es más, este diario reveló cómo Grande-Marlaska se fue a cenar relajadamente a un bar de copas de Madrid una de las noches de mayores ataques en las calles catalanas, mientras ardía Barcelona y los radicales agredían a ‘sus’ agentes.

Moncloa no dudó en distribuir imágenes de Grande-Marlaska dialogando con agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía heridos en el quinto día de disturbios. También difundió instantáneas del titular de Interior reunido con el equipo médico que atiende a estos policías.

El sindicato Jupol ha sido uno de los colectivos que ha cuestionado a Marlaska por su cobardía y falta de respaldo a los agentes. “El ministro no ha aparecido por Cataluña en cinco días. Es inadmisible”, señalaron desde el sindicato policial en su momento.

Y la mayoría de sindicatos policiales han criticado igualmente las restricciones de material antidisturbios que han tenido que padecer los agentes destinados a Cataluña. Todas las asociaciones han puesto el acento, por ejemplo, en las limitaciones sufridas en el uso de pelotas de goma contra los atacantes.

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