Marlaska habla de «normalidad» en Cataluña pero los escoltas de Sánchez le protegen subfusil en mano

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Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
  • Responsable de la mesa de coordinación. Especializado en información nacional e internacional, breaking news, periodismo de datos y visualización, también escribo sobre motor y tecnología.

La imagen no se corresponde con Kabul, no se trata de un escolta de Donald Trump, ni tan siquiera de un guardaespaldas de José María Aznar en los años de plomo de ETA. El escolta que ha dejado ver un subfusil este lunes en Barcelona es uno de los hombres que protegía al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Mientras el ministro del Interior invita a los españoles a visitar Cataluña con «normalidad», la escolta presidencial se comportaba como si hubiera una amenaza real contra la vida del presidente.

Pedro Sánchez ha realizado este lunes un viaje relámpago a Cataluña. Después de una semana de gravísimos incidentes, el presidente del Gobierno en funciones ha visitado en el Hospital de Sant Pau a varios de los policías nacionales que se encuentran ingresados por las heridas que les provocó la batalla campaña contra los terroristas callejeros en Barcelona y en otras ciudades catalanas.

Sánchez, que ha sido abucheado, no sólo por cientos de personas que se encontraban a las puertas del centro hospitalario, sino por el propio personal del hospital, ha sido ‘blindado’ por su equipo de seguridad hasta tal punto que, a la salida de Sant Pau, se ha tomado una instantánea de uno de los escoltas preparado con un subfusil mirando atentamente los movimientos de los independentistas que protestaban a la puerta del hospital mientras salía la comitiva presidencial.

Esta imagen contrasta con las valoraciones y la forma de actual del ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, que, como descubrió OKDIARIO, abandonó el Ministerio en uno de los momentos críticos de la revuelta separatista para irse a tomar una hamburguesa y un mojito a Válgame Dios, uno de los locales de copas más de moda en la capital.

Marlaska ha restando importancia a todo lo que ha ido sucediendo en Cataluña en la última semana, desde que hace siete días, se hizo pública la sentencia del Tribunal Supremo contra los golpistas del 1 de octubre de 2017. «Normalidad», «situación complicada» o «problema de orden público» han sido algunos de los calificativos con los que el ministro se ha referido a los graves disturbios en Cataluña.

Sin ir más lejos, el responsable de la seguridad del país aseguró hace tres días que «se puede visitar Barcelona con normalidad». Y este mismo domingo ha calificado los incidentes vividos, por ejemplo, ante la Jefatura de Policía de la ciudad condal como «un problema de orden público».

Un problema de «orden público» que ha obligado a la escolta de Pedro Sánchez a extremar las precauciones, como se puede ver en las imágenes.

 

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