Feijóo gana pero Sánchez resiste y podrá seguir en Moncloa con golpistas y bilduetarras

El renacido. Otra vez. Hasta perdiendo, Pedro Sánchez gana. Esta es la lección del 23J. Es el primer presidente de la democracia que sale derrotado al buscar la reelección (Suárez, González, Aznar, Zapatero y Rajoy enlazaron al menos dos victorias consecutivas) y el primero que tiene casi todas las papeletas para seguir en Moncloa tras unas elecciones sin necesidad de ser el que más diputados exhiba en el Congreso: 122 frente a los 136 del PP.

El PP se anota una victoria amarga. Pírrica e insuficiente ante un sanchismo al que aspiraba a derogar y que, sin embargo, podrá reencarnarse en un Frankenstein 2.0 para mantener la Moncloa. Con el 33% de los votos, el PP ha ganado en 40 de las 52 provincias y tendrá 14 diputados más de los que controlará el PSOE: 122, dos más respecto a los que ya disfrutaba. Un resultado celebrado como una victoria en Ferraz por un presidente que tras la derrota de las municipales se la jugó con un plebiscito («Yo o la ultraderecha») del que ha salido fortalecido ante los españoles y, cosa no menor, ante los que dentro del partido se erigen en guardianes de las esencias del PSOE histórico.

Amortizados quedan para siempre el indulto a los golpistas, otras cesiones como la derogación de la sedición o la rebaja de la malversación y esa polémica ley que ha rebajado la pena a más de 1.000 agresores sexuales y ha puesto en libertad a más de un centenar. La mayoría de los españoles han decidido que son cuestiones menores para dejar de confiar en el Gobierno. Todas esas políticas han quedado convalidadas.

Feijóo tritura a Casado

Los 136 escaños del PP, 47 más de los que obtuvo Pablo Casado en 2019, son una cifra insuficiente para que Alberto Núñez Feijóo pueda gobernar, pese a que el líder del PP, en su discurso en el balcón de Génova, ha proclamado que su deber «es abrir el diálogo para intentar gobernar nuestro país». El dirigente gallego ha pedido al PSOE y al resto de las fuerzas políticas «que no bloqueen el gobierno de España una vez más». Y ha recordado que todos los presidentes del Gobierno de España lo han sido tras ser los más votados.

Feijóo clamará en el desierto. Es cierto que los españoles han premiado el bipartidismo (sólo el PP y el PSOE suben) y han castigado a los extremos (Vox y Sumar retroceden), pero Sánchez no atenderá las llamadas de Feijóo en favor de que gobierne la lista más votada o del acuerdo entre los dos grandes partidos. No hay opción alguna para evitar el bloqueo a la alemana, con una gross coalition o algo que se le aproxime.

Sánchez está más cerca de seguir en Moncloa que Feijóo de entrar en ella porque el PP ha tenido un resultado por debajo de las expectativas que alimentó y Vox, su socio potencial, tampoco ha dado la talla. El partido conservador se queda en 33 diputados, pierde 19 de los que disfrutaba en el Congreso desde 2019 (el 37%) y ha dejado al bloque de la derecha lejos de la mayoría absoluta que muchos sondeos habían pronosticado. Los de Feijóo y Abascal suman 169 escaños, que podrían ser 171 con los diputados que han logrado Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria. Pero no más. Y la mayoría absoluta está fijada en 176.

En manos de Puigdemont

Menos escaños que el PP y Vox han cosechado las dos fuerzas del Gobierno de coalición. Los 122 del PSOE, unidos a los 31 que tendrá Sumar, dejan al Gobierno de coalición a 23 escaños de la mayoría absoluta. Una distancia mayor a la que tenían Sánchez e Iglesias en 2019, pero que el presidente y la vicepresidenta del Gobierno pueden de nuevo salvar con los socios parlamentarios que les sostuvieron durante la legislatura pasada (ERC, Bildu, PNV y BNG), pero a los que en esta ocasión tendrán que unirse además los siete diputados de JxCAT, el partido que controla Carles Puigdemont desde Waterloo.

Sánchez necesita el ‘sí’ de todos los que tiene como objetivo último romper España y, al menos, la abstención del grupo parlamentario del golpista fugado para superar en una segunda votación, donde basta con la mayoría simple, los 171 escaños del centroderecha en el nuevo Congreso. Todo tendrá un precio. La candidata de JxCAT por Barcelona, Míriam Nogueras, comenzó anoche a hablar de él: «No haremos presidente a Sánchez a cambio de nada. Nuestra prioridad es Cataluña, no es la gobernabilidad del Estado. No nos moveremos ni un milímetro. Nosotros sí tenemos memoria».